El incendio declarado oficialmente el 25 de enero en terrenos de la empresa forestal Russfin (Tierra del Fuego) hoy se extiende a 1300 hectáreas de bosque, lo que se traduce en un daño irreparable que afecta a especies de flora y fauna propias del lugar. Este reservorio verde del planeta que cumplía un rol fundamental en la captación de CO2 se ha convertido en emisor activo, acelerando los efectos del cambio climático. Aunque aún no se establece una responsabilidad concreta de este desastre, se infiere que la causa del incendio es antrópica.
Sobre el inicio del fuego, Daniela Droguett Caro, directora para Magallanes del Parque Karukinka, recordó que tres días antes de la fecha oficial se había detectado humo en el sector, aunque el equipo de CONAF acudió sin encontrar el foco. Por su parte, Mauricio Vejar Carvajal, director de CONAF explicó que dicho organismo ha desarrollado el trabajo de combate del incendio en coordinación con diversas instituciones y entes del Estado, como la Onemi, el Ejército, Obras Públicas, Armada, Fach, Corma, Carabineros, Bomberos, Municipalidad de Timaukel, PDI, Delegación Presidencial Regional y Delegación Provincial de Tierra del Fuego, junto a una Brigada Española.
Las principales labores son realizadas por tierra a cargo de un centenar de brigadistas que se abastecen de agua albergada en piscinas. El ejército ha proporcionado domos de habitabilidad para quienes realizan el trabajo de contrarrestar el avance del fuego. El terreno es complejo y por lo mismo, las labores de tierra se han desplegado con un alto nivel de exigencias para quienes las llevan a cabo. A ello se sumó el trabajo aéreo de helicópteros, un avión hércules y un avión anfibio. Este miércoles 09 de febrero la Alerta Roja declarada por la ONEMI el pasado 27 de enero retrocedió a Alerta Amarilla y se desmovilizó la participación de los aviones, manteniendo tres helicópteros.
Al respecto, Mauricio Vejar Carvajal indicó: “El incendio está contenido. Ayer tuve oportunidad de sobrevolarlo dos veces (mañana y tarde), más la información que me proporciona hoy el comando del incendio hemos decidido bajar a la alerta amarilla, dado que ya, si calculamos, van a ser seis días que no hay un avance significativo del fuego. El jueves anterior estábamos en 1240 hectáreas y aumentó a 1300 pero han sido algunos descuelgues que rápidamente, con la acción de los helicópteros que se mantienen en el área de trabajo hemos podido amagarlos rápidamente. Yo diría que este incendio no ha avanzado desde hace una semana y eso es bastante positivo”.
Según indicó, la diferencia entre contenido y controlado es que cuando está contenido el incendio no hay avance pero continúa la actividad al interior, es decir que hay probabilidad de rebrote pero como se cuenta con helicópteros y personal humano que se mantiene en el sitio, va a ser mucho más rápida la reacción. En tanto que cuando está controlado no existe probabilidad de propagación. Luego del control, viene la etapa de extinción con los trabajos de eliminación de las últimas brazas y finalmente se realiza la “guardia ceniza” que consiste en una vigilancia de cualquier anomalía en el predio.
“Este va a ser un trabajo de contención y un control minucioso de ir apagando brasa por brasa”, señaló Véjar, aclarando que esta declaración de Alerta Amarilla en medio de una racha de 70 kilómetros por hora declarada para el miércoles 09 de febrero no significa una baja de guardia, ya que se mantienen los equipos como vehículos, refuerzos en brigadas y aeronaves. En cuánto a los recursos aéreos informó que fueron desmovilizados el avión Hércules C-130 y el avión anfibio, los cuales acudirán a combatir los incendios que acontecen en el norte del país, manteniéndose en Timaukel el helicóptero del Parque Nacional Torres del Paine, el Superpuma y el Leo System recién incorporado, el cual será vital en esta etapa al realizar un trabajo más focalizado. “Esto es muy dinámico y si las condiciones cambiaran y se requiere declarar la alerta roja se volverá a activar porque a través del monitoreo diario que realizamos se van analizando las alertas y estrategias de combate”, señaló.
Especialistas y autoridades de distinto orden concluyen que este incendio ha generado un daño irreparable. Para Luis Barría Andrade, alcalde de Timaukel, “lo más difícil ha sido contener el incendio, eso producto del difícil acceso al lugar del siniestro y las condiciones climáticas variables. En mi opinión, no siendo un experto pienso que se deberían sumar más brigadistas ya que la maquinaria y aeronaves ya son suficientes”. Junto con ello, expresó: “La enseñanza que nos queda como municipio y como isla es que no estábamos preparados para un incendio de esta magnitud, que no tengo recuerdos de eso, Han habido incendios, pero de menor tamaño y el principal desafío como municipio será la adquisición de un carro bomba y maquinarias que nos permitiría afrontar una emergencia de mejor manera”.
Para Daniela Droguett Caro: “Este es un desastre bastante penoso para todos los que amamos la biodiversidad. Es una pérdida de bosque que no se va a recuperar, bosque nativo que está presente por muchos años que tiene la característica que demora en crecer, que demora en recuperarse. Más adelante hay que ver los esfuerzos de restauración y estamos perdiendo claramente masa boscosa que nos ayudaba a mitigar y a sopesar un poco el tema del cambio climático.
Para Karukinka y nuestro equipo es una pena tremenda todo lo que está sucediendo. Si bien no está dentro del parque es parte del ecosistema que convive anexo a la zona y es también un momento en que nos hace ponernos mucho más a la defensiva ante las potenciales acciones que realiza el humano en el territorio. O sea, el que haya un desarrollo turístico que no tenga las condiciones y que pudiera potenciar nuevos incendios, nos pone sobre alerta. El hecho de que hoy día no se tenga una fiscalización exhaustiva en el territorio, que quizás no se cuente con máquinas y con brigadas por parte del Estado que estén de manera estable en Tierra del Fuego es algo que vamos a empezar a decir nuevamente, con mayor fuerza”.
Humberto Gómez, de la Agrupación Ecológica Patagónica recordó que los años 98, 99 y 2000 él recorrió esos bosques y sectores aledaños como el Parque Karukinka y el que ocuparía Trillium. De este último mencionó que contaban con tecnología superior y ensayos de regeneración exitosos. Hizo mención de aquello, porque según explicó: “Ya en ese minuto estaban implementando un montón de medidas, sin siquiera haber empezado a explotar, entonces me parece de una irresponsabilidad tremenda que el mismo cuento lo vengamos escuchando desde el año 2000 y que estemos preocupándonos constantemente de que en Tierra del Fuego, en cualquier minuto puede quedar la escoba; que lo dijeron consejeros, que lo dijeron concejales, que lo dijeron autoridades, que lo dijimos nosotros, en alguna reunión, discutiendo sobre lo que estaba pasando en torno a la senda de penetración del camino Yendegaia. Ahí empezaron a saltar las luces, hay pastizales tremendos, hay turismo y alguien se va a poner a acampar y puede provocar un incendio”.
En este sentido remarcó: “Yo creo que hace falta un poco más de sinceridad y autocrítica. Nosotros no estamos preparados, no tenemos los medios, no tenemos cómo mantener un piloto, no tenemos cómo contar con un sector especialmente capacitado para este tipo de emergencias y empezar a atacar inmediatamente. No tenemos coordinación con las empresas forestales y las empresas forestales no tienen nada. Porque me imagino que deberían contar con equipos para contener inmediatamente, con camiones aljibe, por ejemplo, un brigada de incendios, una maquinaria preparada para hacer cortafuego. No me cabe duda que hay cosas inevitables, pero cuando hiciste todo lo humanamente posible o te anticipaste y no pudiste es distinto. Me parece súper grave que no nos hayamos preparado y que sigamos diciendo que es compleja la zona, porque sí hay cosas incontrolables como el viento, pero no se trata de eso. Para zonas complejas nos tenemos que preparar mejor ante una eventualidad como esta. Eso falta”.
Asimismo, reconoció: “Aquí quienes se sacrifican son los bomberos de fuego, los mismos bomberos, la gente que está colaborando, los funcionarios del ejército que tienen que tratar de hacer algo a mano y eso es súper injusto, porque debió anticiparse y por último tener un equipo regional, aquí en algún lugar stand by, que debe ser permanente”.
Finalmente, Gómez manifestó: “Lo estamos haciendo mal. Lo estamos haciendo mal con el cambio climático, lo estamos haciendo mal en los humedales, lo estamos haciendo mal en las prospecciones, en las evaluaciones, lo estamos haciendo mal en el mar y la actitud sigue siendo pasiva. Reaccionamos lento, esperamos que de Santiago nos digan cuando muchas veces ellos no tienen idea lo que es viento y necesitamos que se tomen las decisiones regionalmente, pero más allá de eso, necesitamos estar preparados y ahí, tenemos que juntarnos todos y entenderlo. Las empresas, sobre todo, que tienen las lucas y las autoridades que deben activar todo de forma inmediata”.
A pesar de los desastres de origen antrópico, a pesar de la lentitud de las mitigaciones que debe activar nuestra especie, pareciera que la naturaleza intenta salvarnos y salvarse, incluso hasta el último minuto. Ello, a propósito de lo relatado por el director de CONAF, Mauricio Véjar Carvajal, al ser consultado por el estado de las turberas en Tierra del Fuego, que en el marco de este incendio han actuado como cortafuego natural en muchos casos, manteniendo la humedad en la parte más profunda del suelo.
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