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Joao Barbosa: “Quizá los científicos antárticos del futuro deberían ser como los nómadas del pasado, que pueden conocer todo su territorio pero sin dejar rastros”

Tras un viaje de dos meses, Joao Barbosa, fotógrafo e historiador del Continente Blanco conversó con Tu Aldea para compartir sus impresiones sobre la Antártica, Tierra del Fuego y la problemática existencia de basura en lugares recónditos del austro y de todo el orbe.

Desde la belleza prístina de la Patagonia y cruzando por distintos pasajes de la memoria, este viajero libre que transita por el mundo con la elegancia de un basurero anónimo y silencioso, abordó infinidad de temas de la actualidad mundial y de la filosofía de vida que practica.

Geopolítica, filosofía, activismo ambiental, arte, aborto, dictaduras y espiritualidad  fueron algunos de los temas tratados en esta conversación que duró bastante y que compartimos en extenso. 

Viaje a la Antártica

El viaje surgió gracias a la invitación del capitán Igor Bely del velero Kotik, que actualmente reside en Puerto Williams. La idea era llevar a un grupo de personas al continente blanco. Para Barbosa el capitán Bely es un guardián del territorio antártico, ya que posee una mirada ecológica y ha viajado 37 veces al lugar. En sí, la experiencia representa para él una escuela de vida.

“Viajar en un velero que tiene una filosofía ecológica fuerte en un continente y una región del mundo que necesita cada vez más conciencia ecológica hace todo sentido para mí”, dijo Joao Barbosa. Agregando que en este viaje no hubo un proyecto específico, sino que fue una continuación del camino previo.

“Para mí siempre es importante volver a la Antártica, por las fotografías, para que pueda seguir contando las historias pasadas y actuales. Pude visitar sitios históricos que aún no conocía, por ejemplo, bases inglesas ya abandonadas. Estoy empezando a hacer un atlas de las bases y estaciones de la Antártica. Fue importante por eso también, porque mi idea es hacer una catalogación de las ciento y tantas bases que existen en la Antártica para llamar la atención, ya que la Antártica no necesita más urbanización. Quiero hacer un trabajo que enseñe a la gente que la cantidad de estaciones existentes allá son suficientes, que se llegue a una conciencia de que no solamente no se necesita hacer más bases y que un científico de otro país puede ocupar bases de países vecinos que ya están funcionando. O sea, que una base chilena puede recibir a un científico argentino, que una base brasilera puede recibir a un científico de Ucrania”.

¿Tú dices que no es necesario hacer más? 

“Sí, no es necesario. Por ejemplo, el glaciólogo brasilero, Jefferson Simões, que incluso hoy es vicepresidente del Comité científico de Investigaciones Antárticas, el año pasado me contó (y yo estoy de acuerdo) que no es necesario construir más bases. Hay un teórico militar brasileño que yo conozco y personalmente me gusta mucho, que se llama Leonardo Mattos. Es un militar retirado que ahora se dedica a investigaciones de la historia de Brasil-Antártica. Muchas cosas que él habla yo estoy de acuerdo, otras cosas no. Una de las cosas que él habla, con la que no estoy de acuerdo es su idea de que Brasil necesita una segunda base. Ahí tú piensas, Brasil necesita una segunda base, pero la Argentina tiene 15 bases, Chile tiene 15, Inglaterra otras 15, pero su idea es que con una base más un país puede tener mayor representación. Pero todos sabemos que construir bases en la Antártica hoy día significa también provocar el pensamiento territorialista”.

Aparte del impacto ambiental ¿No es cierto?

“Aparte del impacto ambiental. Por ejemplo, China empezó a construir bases y ni siquiera son necesarias. Se construyen bases cada vez más, con la intención de marcar territorio en un lugar que no pertenece a nadie. O sea, hay una competencia por espacio. En determinado momento de la historia, la ciencia salvó la Antártica, ya que si no hubiese ciencia, la minería hubiera llegado a la Antártica en los años cincuenta; pero no se necesita urbanizar un continente para hacer ciencia. 

Es evidente que hay una colonización científica en la Antártica, pero hay que pensar no solamente en la interrupción de la urbanización, sino que también en el control del turismo, de vuelos, construcción de pistas de aviación, todas esas cosas. Hay que dar una pausa. Stop construcciones, hasta que tengamos más información o más conciencia de lo que realmente se debe hacer. En mi opinión, primero, la Antártica no quiere la presencia humana. Los seres que la habitan no necesitan de nuestra especie allá. Pero, por otro lado hay que hacer ciencia, que es muy importante. Hay que conocerla para protegerla. 

Entonces, ese viaje a la Antártica que hicimos fue una mezcla de contemplación, de visita, de meditación, de mucho silencio, pero al mismo tiempo, todas las personas que participaron volvieron no solamente más encantadas con el lugar, sino que con la conciencia que se debe comunicar, que se debe dar voz a un continente que no está bien representado. Por ejemplo, son muchas Antárticas. Hay una Antártica oficial, lado A y hay otras. Yo pienso en la Antártica que sería lado B. O sea, que pasa por un universo de una geografía íntima, de la geopoética, de la contemplación, de la reverencia, de la espiritualidad, de la belleza, del no conflicto. Porque el amor es la ausencia de conflicto. Aparentemente en la Antártica no hay un conflicto oficial, no hay un conflicto abierto…”

Pero es tácito…

“Sí…, pero hay una guerra en la Antártica (no me gusta hablar de la guerra), pero ya existe. Es esa competencia para construir bases, por ejemplo China construye una base cerca de la base de Australia y la de Australia se enoja y hay fuerzas profundas de las relaciones diplomáticas. En la Antártica se habla en diplomacia científica. Hay muchos secretos y cosas escondidas, o sea, las relaciones no son abiertas. Hay reuniones todos los años de los países miembros del tratado, pero yo encuentro que no hay una sinceridad no hay un respeto absoluto con el continente. La Antártica es un tema muy interesante, porque es una colonia con 54 metrópolis, entonces hay que pensar mucho sobre eso…”

¿Y qué pasó con las bases que están abandonadas?

“Por ejemplo, fuimos a la Isla Refugio donde había hace años un refugio de Argentina y hoy se llega allá y solamente hay basura. O sea, hay países que abandonan y no limpian. Entonces, no solamente es un problema construir nuevas estaciones, nuevas bases o refugios, sino que es importante limpiar lo que no pertenece al lugar. Fue un viaje corto, no largo como el año pasado que pasamos 50 días, este fue un viaje de 28 días, pero de manera independiente, lo que es muy importante, porque no tenemos auspicio, o sea, no tenemos bandera. Hablando con el capitán, él dijo  que la bandera de la Antártica debería ser como transparente, pero cómo fotografiar una bandera transparente. Un artista español fue a hacer instalaciones y ocupó una bandera negra para hacer una protesta, como una forma de decir que no es un lugar para banderas. Es un lugar para hacer ciencia, Ok, pero con mucha moderación y cada vez con más cuidado y es un lugar de pasaje, de contemplación, porque la voracidad,  las ganas de ocupación humana es mucho más rápida que el tiempo de recuperación de un ecosistema tan frágil. 

Entonces, para mí la cosa más importante de la Antártica es encontrar una manera de que los países miembros del tratado entiendan que la urbanización ya llegó a su límite y que debería ser preservada, que las estaciones que están allá permanezcan, Ok y que en el futuro podamos evolucionar espiritualmente y de a poco sacar estaciones que ya no tienen sentido y, que las futuras expediciones científicas puedan ser realizadas dentro de navíos o estaciones móviles, como piensan los portugueses. O sea, arman una estación por tres meses, hacen las investigaciones, limpian el lugar y vuelven a su casa. Quizá los científicos antárticos del futuro deberían ser como los nómadas del pasado, que pueden conocer todo su territorio pero sin dejar rastros. Eso sería muy bonito.

Después pasamos 10 días en Puerto Williams, limpiando el barco, ordenándolo para recibir otro grupo, esta vez de brasileños. Un grupo de 07 personas que tenían el deseo de hacer caminatas por la Tierra del Fuego, por islas Gordon, Hoste, Cook y la parte sur de la Cordillera Darwin. La idea era hacer caminatas para contemplación, para practicar la espiritualidad, porque muchas personas que vinieron son más urbanas y encontraron una naturaleza prístina. Pudieron vivenciar la naturaleza salvaje en intimidad y eso fue algo que transformó positivamente a esas personas y claro, las personas que siempre frecuentan por allá como el capitán, su compañera, yo que he ido algunas veces, todos nos transformamos. 

Lo bonito del velero es que no hay impacto, se usa el viento, energía eólica, energía solar, conciencia de poco consumo y tenemos una compostera a bordo, que es algo lindo. A lo largo del viaje encontramos esteros o fiordos llenos de basura. Ahí aprovechamos para mapear, porque cuando abres un mapa la basura no se ve. Mientras viajábamos anotábamos los sitios y eso sirvió para tener más datos de lugares donde vamos a invertir nuestro tiempo para realizar una Expedición Basura en el mes de noviembre”. 

Cuéntame de esa expedición, Joao.

“La idea de esa expedición es tener un auspicio para pagar los costos del velero, el capitán, los profesionales, la bencina, la comida e invitar a seis personas que estén disponibles. Entre esas personas puede haber un estudiante chileno, adolescente como hubo en el último viaje a la Antártica. El capitán invitó a un chileno de 14 años, todo pagado. No solamente es un velero que tiene una filosofía ecológica, sino que posee proyectos ambientales y cree en el poder que reside en la juventud. Fue muy bonito tener ese joven chileno, llamado Antón, que vive en Valparaíso. 

Entonces, lo mismo se va a hacer con el proyecto de Basura. La idea es que personas de distintas partes, profesiones y edades puedan recoger basura en lugares bien aislados, hablen sobre eso y hacer un documental. No es para encontrar un culpable, pero hay que limpiar la basura. Hay un placer muy grande en pasar un día, limpiar y al final del día tener toneladas de residuos. Ahí podemos ver la foto de antes y después. Entonces son viajes de contemplación de la naturaleza, pero al mismo tiempo con un deseo muy grande de limpiar. O sea, somos basureros. Somos expedicionarios, viajeros, aventureros, lo que sea, basureros. Yo soy un fotógrafo, viajero, basurero. Yo ya recogí basura en más de 20 países, en sitios de la UNESCO, en parques nacionales, no importa dónde”. 

La elegancia de recoger basura

¿Por qué haces eso? ¿Cuál es el fondo de recoger tanta basura?

“Cuando estaba en Indonesia, en Java central, llegué a un sitio protegido por UNESCO desde el año 1983 llamado Borobudur, que es una de las maravillas antiguas de Asia, de gran valor histórico y turístico y lleno de basura. O sea, la gente visita una maravilla de la arquitectura hindú pero está llena de basura, entonces, fui ahí dos veces a limpiar. El primer día pasé 12 horas trabajando. Fui el primero en entrar al templo a las 06.00 de la mañana y el último en salir a las 06.00 de la tarde. Llevé algo para comer, una fruta y pasé todo el día ahí. Turistas de todo el mundo me observaban y me preguntaban: ‘¿por qué haces eso?’. Y yo les decía: ‘porque hay que limpiar, porque me gusta más ver las cosas limpias’. Gran parte de las personas ni siquiera preguntaba, pero miraba, o sea, mi acto generaba un pensamiento en ellas. ‘¡Wow, un extranjero viene de lejos a un país que no es el suyo a recoger basura!’. Mi acto hace pensar, así como otros actos que yo observo me hacen una persona mejor”.

Es como devolverle la mano a la naturaleza, por todo lo que nos ofrece ¿no?

“Sí, podemos hablar de eso también. Es tema largo. Recoger la basura en la naturaleza o en sitios históricos es vestir la ropa de la humildad. Recoger basura, de cierta manera es amar el mundo, amar el lugar, donar tu tiempo, tu energía. Nadie va a pagarme, yo no voy a ser famoso por eso, no voy a ganar plata por recoger basura, pero es algo que llena mi espíritu, me enriquece, llena mi alma, mi mente, mi cultura, mi memoria y mi salud de buena energía, positividad. Cuanta más basura recojo, más limpio y bonito me siento, más feliz, pero claro, no voy a recoger basura todos los días de mi vida. No es esa la idea, pero que cada uno encuentre su forma, su método de recoger basura donde quiera, que recoja la basura de la calle una vez al año. O sea, que la persona se dé cuenta que la basura es colectiva, la basura que yo genero, que tú generas, la que encuentro en la naturaleza, yo soy responsable y eso es algo que me encanta”.

Cuando limpias esa basura, de alguna manera ¿sientes que también te limpias tú, entonces?

“Sí, me limpio y no es una obligación. No lo hago porque la gente piensa que está de moda o porque se ve bonito, claro que es bonito, pero yo recojo basura desde que era adolescente. Cuando tenía 10 años pude vivir en otro país que no era Brasil y visitar otros estados junto a mis padres y vi que había sitios donde la basura no estaba en las calles. Por ejemplo, el año 2017 fui invitado a conocer Asturias en España. La capital de Asturias es Oviedo y es considerada la ciudad más limpia de Europa. Yo me quedé ahí una semana porque fui invitado a un evento internacional y pude hablar con muchos locales y mucha gente que trabaja y vive en Oviedo y pude percibir el orgullo que tienen. Es una ciudad donde la conciencia ambiental y el cuidado son muy altos. 

Este tema es muy bonito, porque la basura existe, es parte de nuestra familia, es parte de nuestra sociedad, es parte de nuestra vida, ¿por qué no tratar la basura como un pariente? ¿Vas a poner a alguien de tu familia en la calle? ¿Por qué no tratar a la basura como algo sagrado? Me acuerdo una vez en India, después de recorrer 07 meses ese país, yo llegué a una conclusión. En el inicio yo no entendía y me preguntaba: ‘¿Cómo pueden vivir con tanta basura? ¿Cómo pueden vivir tan armónicamente con la basura?’ Al final del viaje me di cuenta que la basura para ellos es sagrada. Para nosotros es raro imaginar eso, pero aunque viven rodeados de basura, no la ven. Ellos están tan avanzados espiritualmente que no se dan cuenta de la basura. 

Es complicado sí, porque la basura contamina el medio ambiente y también el plástico llegó a la India a fines de los años 90’. Antes no había plástico. Se comía en platos de cartón, de papel, de hoja de árbol, hojas de bananeras, entonces el plástico es algo reciente para ellos, pero la calidad de vida mejora mucho cuando la basura es tratada como debe ser tratada”.

¿Cómo debe ser tratada la basura?

“Con respeto. O sea, compré una botella, voy a tomar el jugo del interior y ¿qué voy a hacer con la botella? Tratarla con respeto. Pero es complicado. Hoy en día hay una sociedad tan materialista, inmediatista, todo ocurre muy rápido y una botella de plástico como objeto vale como 01 dólar y mi tiempo vale más que 01 dólar. Entonces para qué preocuparme con un objeto que vale menos que mi tiempo. Hay que generar, justamente esa conciencia de que no es el tiempo ni el valor de las cosas, pero el respeto por algo que “no tiene valor” es espiritualidad. Tratar una botella de plástico vacía con respeto es parte del camino espiritual. Por ejemplo, en mi caso, todos los jueves pasa el camión de reciclaje. Está todo separado y ojalá el camino del reciclaje llegue a su punto final de manera correcta. Es decir, que las cosas realmente sean recicladas, pero como tú me dices, quizá uno de los puntos clave sea reducir, consumir menos”.

¿Y cómo crees que se pueda lograr eso? Considerando la carga mediática, la publicidad…

“Yo creo que primero hay que trabajar el ego para empezar a reducir. O sea, nadie necesita tanto. Hay que hacer un trabajo espiritual de silencio, de lentitud, vivir de una manera más despacio. Hay que hacer las cosas más lentas. 

¡Un gran desafío! 

“Un gran desafío, pero bonito. Los buenos ejemplos pueden inspirar pequeñas revoluciones individuales, pero el análisis combinatorio es complejo ¿no? 08 billones de personas, 240 países, 10.000 lenguas, 20.000 religiones, edades distintas, sueños distintos, deseos distintos, filosofías de vida distintas, visiones de mundo distintas…quizá la basura puede ser el hilo conductor que una a todas las personas. Un tema que puede ayudar a nuestra especie a evolucionar. Pensar en la basura es muy importante, porque es una agresión a la naturaleza y por ende a nosotros mismos. O sea, es estúpido, es ridículo, no hace sentido producir basura y tampoco no limpiar, en el caso de la naturaleza. No hace sentido pasar por un lugar donde hay basura y no recogerla. Entonces, que recoger basura por 10 minutos al día sea una práctica espiritual. Porque vamos a clases de yoga, vamos a la iglesia, hacemos meditación, leemos libros de autoayuda, pero no recogemos basura. 

Reducir, separar la basura, intentar reciclar la basura, consumir menos, recoger la basura hacer proyectos de arte, de cultura, de medioambiente, expediciones, hacer música sobre la basura, literatura sobre la basura, tratar a la basura como una entidad. La basura está dominando el mundo. Todos los días las personas del planeta se encuentran con algo que es basura o puede serlo. Nosotros nos estamos transformando en una especie de basura, ‘homo-basuras’, ‘homo-ridículos’, ‘homo-virtuales’. La basura en la naturaleza o la basura en la ciudad es un espejo de nosotros mismos. O sea, estoy bien vestido, soy elegante, me duché, estoy limpio, pero la calle está llena de basura. 

Háblame de lo elegante, ese concepto que tú defines de una forma tan particular.

Elegante es cuidar de tu basura. Por ejemplo, los japoneses son muy elegantes. Vas a ciudades de Japón y no hay basureros en las calles. Si compras algo, eres responsable de ese objeto hasta el final. Si compras una botella de plástico con jugo o con otra cosa, tendrás que encontrar una manera de que ese plástico llegue a su destino, porque no hay basureros. Entonces llevas el plástico a tu casa, lo lavas, lo separas y una vez al mes lo llevas al punto de reciclaje. Llegamos a un punto de nuestra humanidad en que hay que donar tiempo de vida personal para la basura y para cuidar el medio ambiente. Cuanta más basura generamos, menos tiempo de vida tendremos para nosotros. 

Entonces hay que tener disciplina, hay que organizarse, hay que empezar inmediatamente a reducir, porque si reducimos el impacto tendremos más tiempo de vida y ¿quién no quiere vivir más? Llegó un punto en que tendremos que hacer el esfuerzo de recoger basura y hacerlo hoy, en el año 2022 significa que las próximas generaciones van a recoger menos que nosotros. Elegancia es dar tu tiempo para generaciones que aún no llegaron. Elegancia es dar tu tiempo de vida para limpiar lugares que tú no ensuciaste. Elegancia es viajar a un país que no es el tuyo y recoger basura, sin hablar nada a nadie. Recoge basura como un regalo no solo al lugar que estás visitando, sino que también como regalo para tu vida. Es hacer pensar y al mismo tiempo es meditación, es donar tiempo de vida y energía para un proyecto de utopía, de optimismo, de esperanza, por ende, un mini acto revolucionario de poesía íntima. O sea, recoger basura es hacer un poema, es hacer poesía. Es un acto artístico. 

Recoger basura es fantástico y que nadie sepa que tú lo hiciste, en silencio, porque las mejores cosas de la vida son las cosas que hacemos sin platea, sin expectativa de aplausos…y si no quieres recoger basura, no recojas, pero ten un poco más de amor por el colectivo y no la tires. Bien budista, si no quieres recoger la basura, no la hagas. Si no puedes hacer algo bueno para otra persona, no hagas el mal. 

La basura también son los políticos que hacen mal. Entonces vamos a recoger la basura política y reciclar. Vamos a reducir la basura del mundo financiero, monetario, económico. La basura no es solamente el objeto, sino que también las malas costumbres, la mentalidad ultrapasada que ya no sirve. Por ejemplo, los musulmanes leen El Corán como si fuera el siglo séptimo, o sea hay que adaptarse, no solamente los musulmanes, la Biblia, la Torá, hay que adaptarse en las reglas, normas, el conocimiento, las Sagradas Escrituras para los tiempos actuales. 

El mundo cambió 

La basura es algo que ya no funciona, que no sirve, hay que poner atención a las cosas que ya no tienen sentido. Por ejemplo, la guerra actual, la invasión rusa en Ucrania. Hay gente que dice que Putin es un hombre inteligente y está todo bien. Pueden decir lo que quieran, pero nadie y nada en el año 2022 justifica una invasión, una guerra, nada, nada. Ni acuerdos de la OTAN hechos hace 20 años, el mundo cambió. Entonces hay una basura política, geopolítica, hay una basura de tratados, hay una basura de constituciones. Tú me decías: ‘Estamos escribiendo la nueva constitución de Chile’, pues saca toda la basura de la constitución antigua y la reciclas. El conocimiento también es una basura, las leyes son una basura, el comportamiento es una basura, la dictadura es una basura, el fascismo es una basura, cosas que no funcionan, cosas que no benefician. Todas las cosas que no benefician a todos son basura. Todas las leyes deberían beneficiar a todos o a la mayoría. Es un tema largo ¿no?”

Larguísimo, ¿quieres decir algo para finalizar esta entrevista?

“Hay gente que me dice que yo puedo vivir viajando, fotografiando, haciendo reportajes, exposiciones de libros, historia, compartiendo las maravillas del mundo…por ejemplo ahora fue mi viaje número 37 a Chile. Me gusta mucho Chile, no soy chileno, ni tampoco Chile es mi país preferido, no tengo país preferido, pero la vida siempre me trae para acá, por el encuentro con la naturaleza maravillosa, entonces cómo no pensar en la basura en un país que me encanta. 

Lo que me importa cada año de mi vida es encontrar y descubrir cosas nuevas, que hagan sentido para mí y que me motivan a seguir dando buenos ejemplos. No es que yo sea un maestro o un gurú, no soy nada de eso. Yo aprendo con otras personas que conozco en distintos lugares del mundo, que cuidan de la naturaleza, que recogen basura y al mismo tiempo son personas felices, bonitas, elegantes y que ganan más calidad de vida. Ya sea reduciendo, consumiendo menos, caminando en el bosque, protegiendo sus florestas. O sea, es activismo. 

Todos tenemos el potencial de ser activistas, pero mucha gente aún no lo sabe. No me gusta mucho hablar de obligación, porque me gusta mucho la libertad, pero quisiera que todos pudiesen adquirir una conciencia de libertad donde el cuidado de la naturaleza fuese una obligación espontánea, porque es nuestra casa y recoger basura es un acto de amor hacia alguien que no conocemos. Hay que tener esa fuerza interna revolucionaria de donarse. Es muy fácil vivir eludiendo, en la frecuencia del lado bonito de la vida, la foto linda en Instagram, elogios, aplausos, pero eso no es ser elegante. La elegancia es discreta, pasa desapercibida, casi no se puede ver. Cuando pasé por la calle, en el número 20 frente a la casa había basura, dos horas después ya no había ¡Wow! ¿Dónde está la basura? Alguien pasó y la recogió y esa persona es elegante. El desconocido que recogió la basura como un fantasma es la persona que quiero conocer y darle un abrazo. Me gustaría conocer a todas las personas en el mundo que recogen basura sin publicarlo, los basureros fantasmas. Vamos a hacer una revolución silenciosa.

La basura no solamente es material; tenemos la corrupción por ejemplo, el desear más de lo que necesitas es basura, hablar una cosa fea es basura, molestar a alguien es basura, no respetar a alguien es basura. Hay gente que todavía tiene un pensamiento en contra del aborto, un tema actual, eso es una mentalidad basura. Entonces, vamos a limpiar esa basura. O sea, ¿cómo cambiar la conciencia, el pensamiento, el comportamiento de una persona que está en contra del aborto? Hay que limpiar. Hay que hacer algo que de una forma delicada toque el alma de esa persona y haga que con el tiempo ella pueda respetar la opinión y el deseo de una mujer que quiere hacer aborto. No necesitas cambiar la mentalidad, por ejemplo, me imagino alguien con 80 años que viene de otra generación ya es imposible cambiarla, entonces solamente se pide respeto. 

Hay que invertir en la educación de los niños, los jóvenes y los adultos que aún van a vivir 40 o 50 años como nosotros dos, por ejemplo, para que tengan más respeto con las opiniones de los otros. Entonces, si no quieres recoger basura, no botes. Si quieres hacer aborto, hazlo; si no quieres no lo hagas, pero el mínimo del mínimo es que la persona tenga derecho sobre su propio cuerpo y no tenga que luchar contra el sistema o hacer un aborto escondido, donde hay que huir y morir. 

Todas las cuestiones serias de la sociedad pueden ser una analogía con la basura, de cierta manera”. 

Tan humana que es la basura.

“Si, tan humana que es la basura. Generar basura significa no respetar. Creer demasiado en el poder o en el ‘micropoder’ como decía Michel Foucault, es basura. No estudiar para un examen en la escuela puede ser una basura, estudia, haz el examen. Llegó un punto en que tenemos que hacer las cosas de las mejores formas posibles, porque si hago un buen examen es positivo para todos, claro si el niño-adolescente se revela y no lo quiere hacer, Ok, pero haz un buen trabajo, haz una buena redacción, haz una buena entrevista, haz las cosas bien”.

Hay que ponerle amor a todo.

“Si pues, hay que ponerle amor a todo. Yo soy igual a ti, igualito y soy igual a Ghandi y soy igual a cualquier persona. Ahí puedes pensar en un dictador como Pinochet. Era una persona que necesitaba mucho amor, era una persona que necesitaba evolucionar mucho. Estaba muy atrasado, muy lleno de basura en su corazón, en su mente, en su espíritu, en su genética, en su sangre, en su todo. O sea, cómo evitar en el futuro que existan dictadores. Hay que transformar el mundo en un lugar más limpio, en todos los sentidos. Tenemos información, conocimiento suficiente para saber que ciertas cosas funcionan y otras no funcionan. No estoy diciendo que un sistema político es mejor que el otro, porque la política es una enfermedad. La primera cosa, sueldo para políticos… Todas las cuentas bancarias de los políticos del mundo, como en Estonia deberían ser abiertas. En Estonia, que es un país que hace 1000 años pasaba hambre y fue el primero en dar este ejemplo. 

En Brasil gran parte de los políticos ya son ricos, el sueldo de un diputado, senador es absurdo, es irreal, es inmoral. La cuenta bancaria de un político en Brasil es basura. Si quieres hacer política no es para ganar dinero, para hacer conexiones financieras, eso es basura también. O sea, vas a un hospital y un médico que escribe una receta, sin atención, quiere que tú compres una medicina mala, es basura. Mala información es basura, la mentira es basura. 

El punto final es que la naturaleza no es basura y no debe ser tratada como basura, sino como el opuesto a ella: lo sagrado. Entonces si haces una política bien hecha, es sagrado ¡Te felicito! Es largo y complicado, pero es algo que pienso ahora, después de volver a la Antártica. Treinta días ahí y treinta días en los canales, fue un viaje de dos meses en un velero súper ecológico. Una casa flotante de 18 metros para 10 personas. Fue la prueba de que es posible vivir en armonía, personas de distintas nacionalidades en un espacio limitado y todos felices. El planeta es limitado y tenemos distintas nacionalidades. En un velero de 18 metros teníamos como seis nacionalidades distintas, armonía y respeto, es un ejemplo de un microcosmos. El planeta Tierra es un velero que navega por el espacio, pero hay que darse cuenta de eso y para mí es súper bonito darme cuenta y es inaceptable en cierta medida que aún existan tantas diferencias sociales ¿no? Tanta injusticia social, eso me hace pensar, pero al mismo tiempo yo no voy a sufrir por eso, no tengo el mundo en mis espaldas. Estoy súper tranquilo, camino liviano, pero ciertas cosas hay que hablarlas o como ejercicio humano entre dos personas como estamos haciendo ahora y quizá, otras se beneficien o entiendan lo que estamos hablando”. 

Yo creo que sí.

“Somos gigantes, pero juntos. Todos somos iguales. A mí me encanta decir esto: ‘todos tenemos corazón y hacemos caca, todos’ ¿qué tienes de mejor que yo? Nada”. 

Nota: Esta entrevista fue realizada el 16 de marzo de 2022, en Punta Arenas, por Ana Marlen Guerra Encina. Las fotografías que acompañan el texto fueron facilitadas por Joao Paulo Barbosa

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Joao Barbosa

Muchas gracias por la entrevista.

Ana Marlen Guerra Encina

Para Tu Aldea es un honor poder compartir estos contenidos de tanto valor, Joao, gracias a ti!!!

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