Así como hoy es el hombre quien gobierna
En la época mítica era otro el rector
Hasta que un buen día el comentario indiscreto
Del engaño descubierto fue la presa el cazador.
Comienza en las mentes a gestarse la venganza
Al yugo opresor hay que asestarle su final
Tras el silbido del ostrero la Luna no se ha muerto,
Es ella por las noches quien gobierna el firmamento.
Con rumbo a la fuente de todo lo que existe
Entre la lluvia y el viento ya la nieve quedó atrás
Tras cargar los siete postes la Gran Choza se levanta,
Entre el cosmos y los cielos el secreto guardará.
En tu rostro se reflejan las heridas infligidas
Estigmas que recuerdan tu eterna humillación
El color de los eclipses resultó premonitorio
Fue tu roja sangre selk’nam la que el blanco derramó.
Kloketén, o iniciado, en tus manos han dejado
El peso del secreto convertido en tradición
Pudo más la vil codicia de los grandes estancieros
Ni con la muerte de las etnias la ambición se contentó.
Alexander Santander Olate
Profesor de Historia y Ciencias Sociales.