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Joseph Sandoval: “El arte callejero no es delito. El arte callejero tiene que ser respaldado por las autoridades”

La primera vez que escuché su voz fue una tarde de este febrero que parece más largo de lo común en Punta Arenas. Una amiga me invitó a sentarnos en las mesas que ocupan el segmento de Bories, comprendido entre avenida Colón y José Menéndez. Nos ubicamos cerca de la sombra para no achicharrarnos de calor, ya que como buenas pingüinas, no tenemos la costumbre de exponernos a tanta luz.

Al poco tiempo de llegar, Joseph Sandoval (hasta ese momento no sabía su nombre), ocupó todo el espacio con su canto de tenor lírico. Era imposible no percatarse de su presencia. Por un momento pensé que estaba en otra ciudad y es que la música tiene ese poder de transportarnos a lugares lejanos, sobre todo si es interpretada con virtuosismo y belleza. Cautivada por esa sensación tan magnífica, puse más atención en el cantante. Un hombre joven con un reproductor de pistas y su voz. Nada más que eso. Sin micrófono, ni escenario. Bajo sus pies una pequeña bolsita a la manera de gorra, para dejar una atención monetaria. Por eso me acerqué a él y así nació esta entrevista.

Joseph (32) es oriundo de Puerto Varas. Es casado y tiene un hijo de cinco años. Dentro de poco se cumplirán tres años desde que llegó a Magallanes, con el objetivo de trabajar en robótica submarina. Sin embargo, esa alternativa resultó ser un fraude que duró muy poco tiempo y quedó cesante por dos meses. En ese trance, tomó la decisión de salir a la calle a hacer lo que más le gusta: cantar. 

Entonces le pregunto: ¿Cuándo empiezas a cantar en Bories?

“Mira, legalmente a fines del año pasado me contrató una empresa que fue contratada por la municipalidad. Pero anteriormente también había trabajado por mi cuenta, en la plaza”.

¿Y cómo lo haces con el frío aquí en Punta Arenas?

“Pucha, el tema del frío es bastante complejo. Yo veo que el día me ayude. Pasa que yo canto a viva voz, sin micrófono, solamente la pista y solamente canto con todo el cuerpo. Ya llevo nueve años estudiando este arte tan maravilloso que es el canto lírico y me ha dado el coraje para poder hacerlo en la calle. No sé si es coraje, tengo varios amigos que también cantan en la calle, pero hay algunas cosas que ayudan a que la carrera vaya fluyendo. Yo me estanqué con el tema de la ópera y ahora por temas de necesidad me tiré a la calle, como siempre lo he hecho. Vengo cantando desde el metro allá en Santiago, en Puerto Varas y acá, en el extremo sur de Punta Arenas. Vengo a hacerlo con mucha gallardía. Vengo a darlo todo. Me siento muy bien haciéndolo. Imagínate, ayer la gente coreaba mis canciones. Es muy lindo eso, que tú sientas el aplauso y el cariño del público y entre más aplausos, más humilde no más, po’. 

Yo creo que el arte callejero no es un delito. Hace poco, un compañero circense de allá de Panguipulli fue asesinado por estar en la calle, entonces yo le decía a mi señora: ‘Mi amor tengo miedo de salir a la calle. Imagínate si pasa algo’. ‘No’, me dijo. ‘No te va a pasar nada’. Así que tranquilo. Yo confío en la familia. Confío en ese hogar, en ese apoyo incondicional y confío en que la gente también me va a apoyar (…) todos necesitan llevar platita al hogar”.

Entiendo, y ¿da para vivir con esto?

“La verdad, acá en Punta Arenas es muy complejo vivir del arte en la calle. A mi parecer no da mucho. Hay que estar dependiendo de otra fuente. Ahora, conozco a muchos compañeros independientes desde mucho tiempo acá y tienen discos, hacen clases. Por ejemplo, un gran maestro, que es del Coro de ópera, imagínate, él es profesional, don Sergio Gómez. Ya lleva toda una carrera de elite. Viene desde Alemania, está trabajando acá, hace proyectos. Pero yo creo que la ópera hoy en Chile se ha ido masificando mucho más. Yo estoy haciendo un gran esfuerzo para poder masificarla, de poder cantar en la calle música popular y de pronto ir pasando el trabajo de colegas. Hace poco me hablaba una señorita que quería cantar conmigo, que me decía: ‘Yo puedo cantar un poco soprano’. Yo creo que se puede ir alimentando la ópera. La ópera ya no es burguesa, eso cambió. Ya no es como en los años de la colonia donde solamente se podía cantar a los reyes, ahora tenemos esa gran necesidad de poder cantarle a todo el mundo y hacerlo democráticamente. Yo creo que vamos de a poco, este proyecto avanza pasito a pasito para que la gente se vaya interiorizando en el arte de la ópera”.

Excelente. Cuéntame de tus estudios.

“Mis estudios inician en el Conservatorio de la Universidad Mayor el año 2012. Luego lo pausé. Estuve casi un año y después me había chateado de tanto trabajo, porque trabajaba de noche y estudiaba de día. Pero ¿sabes qué? Me ayudó bastante que empecé a conocer a amigos a través del metro, eran cantantes líricos que estudiaban, entonces empecé a buscar y a encontrar varios maestros que te hacían clases particulares. Entonces dije: ‘Acá está la mía’. Empecé a pagar mis primeros maestros, como Patricio Saxton. Él fue mi maestro de canto lírico y mi maestra Carolina Arredondo, una gran directora de orquesta, pianista y, de ahí empiezo mi carrera musical. Ahora cambié de maestro el año antepasado y estoy de a poco tratando de retomar el tema del canto. Porque ya llevo nueve años tratando de poder mantenerme en este estudio vocal y ha sido espectacular. Imagínate, yo vengo de una familia que realmente no tiene tantos recursos como para poder pagarme los estudios. Yo fui súper porro, la verdad, pero el arte, la música siempre me inspiró para poder hacerlo y (…) poder nutrirme de todo lo que es la música. Así es que estoy bastante feliz, yo creo que estoy satisfecho con lo que he hecho. Estoy tranquilo, mi mente está tranquila y con mis proyectos que de a poco se van recuperando en el talento, en el canto. Me gusta mucho interactuar con la gente. Ayer bailaba con una señora O sole mío, sé que se vienen muchas cosas más”.

Desde el punto de vista de artista ¿qué crees que se necesita de parte de las instituciones del Estado?

“Yo creo que debería haber un apoyo mucho más grande a los artistas callejeros. Los artistas callejeros de Santiago vienen de la época de Los huachos. Si no me equivoco esta expresión viene desde el golpe del 73’, cuando mataban a los chiquillos. Había mucho huacho cantando en la calle y ahí se masificó el artista callejero. Claro que antes había titiriteros, artistas circenses, mucha gente cantando en las calles, era todo más feliz, era todo más tranquilo.

¿Cómo me gustaría que el gobierno hiciera algo con respecto a los cantantes, la gente que toca en la calle y que lleva el sustento al hogar? Sería muy bueno el apoyo. Yo quiero crear algo acá con los colegas, me encantaría hacer una interacción musical con telones, poder hacer algo de arte un poco más masivo. Sería lindo poder cantar en la calle de manera más tranquila y sin tener el temor de que algún día nos lleve la policía. Sería complicado”.

¿Alguna vez has tenido problemas en ese sentido? 

“Sí, claro. Bueno tuve mucha suerte en Santiago. De los tres años y medio que estuve trabajando en el metro, solamente dos veces me partearon. Acá no he tenido problemas hasta el momento, quiero mantenerme al margen. Incluso pensé muy bien si hacer esta entrevista (…) pero ¿sabes? Son miedos, son paradigmas, fantasmas quizás, pero he tenido muy buen recibimiento”.

¿Acá has cantado en el teatro o te han invitado a eventos?

“No, no he tenido la oportunidad, pero estoy esperando. Sí me están invitando para ir a Porvenir y eso ya es maravilloso. Así que ya tengo a la pianista que está a concho. Mi ideal es poder ir a cantar ópera antigua, hacer algo de tango y zarzuela. Pero esto va de a poco. Imagínate, todos me dicen: ‘Hasta cuando pase la pandemia’. La vida del artista hoy en día se ha visto muy afectada”. 

Tenor Joseph Sandoval.
Tenor Joseph Sandoval.

Sin embargo, aunque los artistas han sido menoscabados, han permitido que la gente siga teniendo mejor calidad de vida. Si te fijas, al principio de la pandemia hubo muchos conciertos online.

“Sí, bueno, yo no soy muy partidario de tomar clases online. No me gusta, siento que no escucho bien, de repente se entrecorta, dependiendo la señal. Imagínate, estamos en Punta Arenas, aunque tú tengas todos los equipos más especializados igual se te va a complicar el tema. Pero volviendo a lo que estábamos hablando, una vez canté en la iglesia del Liceo María Auxiliadora. Yo canto en el coro de don Coco Gómez. Ahí estamos apoyando la cuerda de tenor. Me recomendaron que cante con él porque es el único que sigue la línea de ópera. Hace poco, llegó un maestro de canto lírico, lo estamos esperando para poder tomarnos un cafecito y hablar de la vida. Él es un amigo del Teatro Municipal de Santiago, donde nos conocimos”.

Te quiero hacer una última pregunta: ¿Qué sientes cuando cantas?

“Guau, es una pregunta que va a ser bien recibida, porque el artista cuando canta, primero lo hace con inteligencia, canta con interpretación y a la vez con gusto. Si el cantante no lo hace con esos tres elementos ¿para qué canta? Otra es para ser escuchado, pero eso da lo mismo. Creo que el amor por lo que uno hace mueve todo. Si uno lo hace con gusto yo creo que va a tener mucha admiración, inclusive recuerdo que cuando recién empezaba a cantar en el metro yo lo hacía con tanta pasión que a la gente igual le encantaba y hasta los días de hoy miro mis videos y digo: ‘Pero cómo puedo cantar así, imagínate, yo voy a la parte técnica, cómo lo pude hacer, es mucha pachorra y en esas condiciones. Casi me estaba echando a perder la voz cantando ahí abajo, en el metro. 

Yo creo que hay que sentir la música, de tal modo de ir rompiendo esquemas, rompiendo los paradigmas de la gente y el qué dirán. Imagínate, yo tengo una familia y a mí no me gustaría el día de mañana que le digan a mi hijo: ‘Oye tu papá es callejero’. Yo le diría: ‘No, tu papá es cantante y lo hace con mucha alegría, con mucha dignidad también’. Así es que yo estoy feliz con lo que soy. Estoy muy feliz, estoy muy plácido, estoy en paz conmigo mismo de poder lograr estos objetivos.

Yo estaba cantando Donizetti, Don Pascuale, Mozart, Bach, pero cambié todo mi repertorio, porque me dije: ‘Ya, necesito hacer algo, necesito venir a cantar, necesito poder llevar luquitas a mi casa, voy a empezar a preguntarle a la gente qué canción le gustaría’, porque la gente es la que manda. La gente es la que necesita una canción”. 

(…) Yo creo que voy con pasos medianamente tranquilos hasta el éxito que todo el mundo quiere ¿no?, de poder tener un disco, yo no estoy llamando el disco, el disco, el disco o como le llamen ahora, el iTunes. Yo creo que de a poco la gente se va a encariñar y vamos a poder lograr las cosas, paso a paso”.

¡Muchas gracias! ¿Quieres agregar algo que sientas que es importante expresar?

“Sí. El arte callejero no es delito. El arte callejero tiene que ser respaldado por las autoridades. Nosotros solamente necesitamos un lugar digno para poder expresar nuestro sentimiento, para poder darle alegría a la gente y para poder estar tranquilos. Nosotros tenemos familia detrás, tenemos un estudio detrás, que es importante. Necesitamos un respaldo sí o sí, para que no seamos abusados por la ley”.

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Relacionadora pública, escritora, defensora ambiental y directora de Tualdea.cl

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Carolina Rodríguez Díaz

Excelente tu entrevista Marlen, digna de compartir y comentar. Un abrazo

¡Muchas gracias, Carolina! El mérito es todo del entrevistado que tiene una gran historia detrás, bueno, como todas las personas finalmente.

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