Si hoy tuviera que elegir dónde vivir, no buscaría algo especial. Volvería a ocupar este mismo lugar. Y me preguntarías por qué. Te respondería que no es el espacio, el lugar físico que cambia a la persona. Lo que hace la diferencia, es la voluntad de cambiar y accionar donde sea que estés, donde sea que geográficamente te encuentres. Nada detiene la evolución del ser, sólo depende de uno mismo para el despertar de consciencia y romper con viejos esquemas, creencias y actos repetitivos. Es vivir en plenitud y armonía, sin máscaras de apariencias. Y como dijera Jesús: “Vives en un espacio físico material, pero no perteneces a él…”
La forma de ser no es la misma cuando sientes contentamiento que se proyecta desde tu interno. Se produce el encuentro contigo mismo. Te conectas con el mundo invisible y aprendes a escuchar el llamado de tu voz, de la intuición. Sientes con claridad las acciones a seguir. Ya no te quedas satisfecho con historias de otros. Comienzas a hacer realidad tu propia historia, tu sueño de avanzar sin limitaciones, ni barreras.
Podrán hacerte soñar con otros lugares mejores de residencia. Podrán ofrecerte oportunidades, pero si no te sientes identificado internamente con la energía del entorno, entonces nada es adecuado.
Debes caminar y caminar con los pies puestos en la tierra aprendiendo y tomando consciencia de que eres un ser espiritual, con un ropaje externo llamado cuerpo físico que conlleva la personalidad, el ego. Ello es efímero.
Llevas en ti la chispa divina, el amor que nutre al alma, que te embriaga de dicha y contentamiento. Aunque tu espacio sea frío, ventoso, soleado, lluvioso, nada limita el avanzar. Si te atrapan los miedos, tristeza, soledad, resentimientos, nostalgia, aversión, vergüenza y tantas otras emociones, siempre lograrás revertir esas energías si tienes voluntad de cambiar.
Hoy soy breve. Me despido con el beso de ilusión y un mensaje que envuelva tu mente para que reflexiones más allá de lo que puedes ver…
El silencio de una mariposa en vuelo
es el tono y pulso de Dios,
es Presencia Creativa moldeandose
entre delicados matices de su materia.
Fotografía: Ana Marlen Guerra Encina
Eliana Yañez Eterovich
Nacida en Punta Arenas en 1949, es profesora de Castellano de la Universidad de Chile, con 40 años en la educación. Aficionada a la pintura y literatura, actualmente tiene publicados tres libros. Sus escritos se relacionan al crecimiento personal. Hace 13 años se dedica a Terapias alternativas como Biomagnetismo Médico, Bioenergía, Energía Universal, Fortalecimiento Cuántico, Alineación y desbloqueos de chakras, Reconexión, Método Yuen, entre otros.