Cada día más, la gente está haciendo la conexión de que las familias diversas, las de cualquier tipo encabezadas por personas o parejas LGBTI, así como las compuestas por personas o parejas hetero con hijes LGBTI, necesitan apoyo, acceso, igualdad y justicia en todas las áreas del desarrollo de la sociedad. Y a través de las nuevas generaciones nos hemos visto todas y todos enfrentados a digerir una realidad de la que no nos hablaron, por fea, por monstruosa y por ir en contra de las buenas costumbres y los preceptos de los cuales muchos magallánicos y magallánicas fuimos modelados en el siglo pasado.
Nuestra región es de esas que por extrema y protegida, ha ido evolucionando a ritmo muy diferente del que vemos en el norte de Chile. Eso, junto a la colonización europea (y salesiana, por cierto) nos ofreció una manera de crianza muy particular que se ve atravesada además por otras variables propias de una ínsula. Me resulta curioso ver que todavía estas realidades sean tan difíciles de digerir para tanta gente que se cierra a ampliar la mirada hacia la cotidianeidad diversa que transcurre a su alrededor, en las escuelas, en los barrios, en el Centro de salud de su sector, en el colectivo o en cualquier boliche de nuestra comuna, mientras nuestras infancias y adolescencias toman el control de su propia diferencia, redibujándola, co-construyéndola y siendo capaces de resurgir intensamente como quienes son.
La identidad nunca se cuestiona, se establece como una categoría a la que hay que ajustar y lo cierto es que la identidad es una ingeniería personal de todos aquellos estímulos externos que nos resuenan como coherentes y que vamos tomando para nosotros y nosotras mismas. Desde siempre mi generación, escuchó en la escuela y el hogar, campanazos resonantes de esos que calan para siempre nuestro tejido cerebral: “siéntese como señorita”, “un hombre como Dios manda”, “usted es una mujer para casarse”, “hijo, trabaje mucho para poder sustentar a su familia”. Todas esas formas estereotipadas de machacarnos una hegemonía patriarcal que nunca cuestionamos mientras crecíamos, aquella que nos hizo asumir que para ser verdaderamente mujeres había que tener hijos o que quien manda “es el hombre de la casa”, se ven enfrentadas ahora con las nuevas realidades.
Lo cierto es que la diversidad está instalada, con sus pelos de colores, con la ropa ancha, con el maquillaje y las uñas pintadas en chicos que antes hubiésemos enviado a terapia por recomendación del director de la escuela. Esta aceptación se la debemos al feminismo se quiera o no reconocer, a las luchas sostenidas por décadas por nuestras ancestras y que nos permitieron cuestionar los patrones de conducta que ya no toleraríamos más. Sin embargo, en la práctica todavía la diversidad y disidencia al mundo binario que conocemos y a la heteronorma impuesta se hace difícil de contrarrestar. Desde mi privilegiada ventana, veo como algunos padres y madres que son nuestros vecinos o amigos y amigas, de esos que ya alcanzan la calidad parental de madres y padres de niñes millenials, han tenido que encontrar la manera de responder al mundo transfóbico y homofóbico y al lesbodio que les rodea y que amenaza la salud de sus hijes y sus familias.
Es difícil tener expectativas con los miembros de la familia y los amigos que no están preparados para aceptar lo que debe vivir una familia con infancia diversa. Hay que darles tiempo después de informar a los familiares y seguir sosteniendo con amor a las personas que nos rodean, el cual ayuda a la familia nuclear y a les hijes a transformarse y esa transformación también modifica la sociedad.
Muchas veces mapadres (si, lo escribo sacándole la lengua a la rae) comparten sus temores y sentimientos sobre lo que ha sido el viaje para ellas y ellos; una vez que aclaran su propia confusión, puede hablar con orgullo y desafiar los comentarios negativos de la comunidad y de esa familia que no entiende por desconocimiento. Tener un hijo bisexual por ejemplo puede llegar a ser un proceso liberador si la mirada se enfoca en entender que las personas bisexuales no están confundidas: ser bisexual tiene que ver con la capacidad de amar, independientemente del género de la persona.
Mucha gente tiende a enjuiciar a las personas trans. Sin embargo, si se aprende sobre la marginación que experimentan y se considera el valor que se necesita para ser quienes son, se entendería porqué cuesta dar el paso y se comprendería el coraje de atreverse a vivir como se sienten. Las expectativas de las madres y padres respecto de su hijes debieran estar más allá de ajustar al binario de género, debiera estar en procurar que se vivan libres y felices. Esto cambiaría la sensación de duelo que experimentan algunos padres y madres con hijes trans, de pensar en el tránsito como una posibilidad de florecer y brillar como la estrella más potente del firmamento. Mientras esto sucede vamos pidiendo a aquellas personas que llamamos aliades que hablen fuerte (pues nos cuesta menos) pero también vamos entregando recursos de empoderamiento a nuestras niñeces para que se enfrenten a un mundo que sigue siendo hostil con la diferencia. Lo hacemos con herramientas para comunicar y conectarse con otras personas. Quiero pensar que esto sólo puede aumentar la aceptación, la asunción de la otredad.
El camino que vamos forjando, guiadas por corazones y espíritus generosos que insisten en dar a sus hijes amor incondicional, nos da esperanza para que el eslabón que tomamos en esta generación llena de luz y color, sea la punta de lanza para desafiar la norma, cambiar los paradigmas y construir comunidades amables, asumiendo la diversidad humana como inmensas oportunidades de aprendizaje y de la posibilidad de una enriquecida convivencia que nos permita cohabitar en armonía.
Dedicado a mis maestræs: Flopy, Alex, Maty, Amarna, Francisco
Rossana Grubsić Koren
- Docente.
- Activista por los derechos de la infancia diversa.
- Activista en DDHH y Memoria.
Imperfekt jiuman bin, amateur en ensayo y error, desaprendienta y feminista en búsqueda permanente, subvirtiente catastrófica. También coordinadora ejecutiva de Fundación Selenna Magallanes e integrante de Taller/Colectiva Cueca Sola-> FB: https://www.facebook.com/cuecasolapuntaarenas