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Mujeres de alto vuelo

A propósito de la misión Perseverance que se tomó seis meses desde su lanzamiento y que acaba de llegar a marte, enviando fotografías del monte Sharp y otros datos interesantes de analizar, he pensado mucho en la matemática afroamericana que hizo los cálculos para que la primera misión Apolo 11 alunizara de manera exitosa. La maravillosa Katherine Johnson, mujer afrodescendiente que en plenos años sesenta “saltó el torniquete” y armó una revolución gigante que permitió a través de su trabajo y el de otras chicas afroamericanas compañeras de universidad, llevar a Estados Unidos a la victoria en la carrera espacial con la Unión Soviética.

Las capacidades de Katherine con las matemáticas y su constante curiosidad por encontrar la solución a los problemas que le daban, me hacen replantear totalmente los paradigmas del siglo XXI. Las comunicaciones, la tecnología de la época ahora la consideramos básica y obsoleta. Y esta chica que además tuvo que lidiar con las interseccionalidades raciales y de género en un territorio de hombres blancos e ingenieros, me asombra y sobrecoge de manera inconmensurable ¿Se imaginan hacer los cálculos para una misión al espacio, de manera manual?, ¿se imaginan las operaciones geométricas sin las sofisticadas aplicaciones a las que nos ha habituado la modernidad? Katherine estaba encargada de calcular el momento exacto en el que el módulo Eagle, desde el cual descenderían los astronautas, tenía que separarse del satélite para que su trayectoria coincidiera con la órbita necesaria para acoplarse al Columbia y traer de vuelta a la tripulación a la tierra. Cuanta épica, cuanta resistencia significó Katherine en tiempos para los cuales era una adelantada. 

Ella también me hace pensar en el arrojo de Valentina Tereshkova, la cosmonauta rusa, que en 1963 se convirtió en la primera mujer que viajó al espacio y que ha comentado que quiere ir a Marte con sus 84 años a cuestas.

Estas historias me hacen recordar a una mujer con voz ronca, cabello corto y boca siempre pintada. La primera mujer controladora aérea de Chile, a quien conocí aquí en la Patagonia cuando era muy niña:  Margot Duhalde. Ahí en la Posada Tehuelche frente al cruce de Punta Delgada, muy amiga ella del dueño del lugar y su familia, con quien compartía el amor a los fierros y la pasión de volar. Recuerdo haber descubierto una pista de despegue en la mitad de la estepa patagónica desde donde operaba en su pequeña aeronave Ernesto Scabinni, propietario del icónico hotelito a mitad de camino por la ruta 9 que une Chile con Argentina. Esa amistad la hacía visitar el lugar y yo me regocijé varias veces con su encuentro fortuito allí. Con mis ojos curiosos de niña pequeña, ella era una astronauta.

Margot a los 18 años ya se había graduado de piloto civil y con no sé qué idea loca se fue a Europa para formar parte de las fuerzas francesas cuando estalló la segunda guerra mundial.  Pero era mujer, también chilena y para esos tiempos era una “desubicada” por no querer desarrollar las actividades asignadas (cuidado de heridos). La Margot que yo recuerdo, potente, grande (desde mi metro 20 cms. de niña pequeña) me hace gran sentido ahora, que la imagino salir disparada a Inglaterra para en vez de ejercer labores de cuidado, irse a volar en la Real Fuerza Aérea Británica. Potente Margot, me contó luego en un encuentro de caminos de vida laboral que su trabajo consistía en trasladar distintos tipos de aeronaves desde las plantas manufactureras a las bases aéreas (me río cuando recuerdo que me dijo: “Y yo sin hablar ni una guevá de inglés poh chiquilla”).

Desfilaron por sus bitácoras, aviones caza, bombarderos, otros de transporte de tropas o de entrenamiento. Margot era bastante conocida en la zona y ni que hablar en el mundo de la aviación, donde también se desempeñó como entrenadora de vuelo y como 40 años como torrera en la Fuerza Aérea. En la Villa Torres de Paine ubicada al lado norte de la ciudad, existe una pequeña plaza con el nombre de Margot Duhalde, quien no fue lo suficientemente reconocida ni en su trayectoria ni como ícono emancipadora de las mujeres en Chile. Conocerla mirándola hacia arriba cuando era pequeña y luego como adulta por las experiencias laborales en común, echando la talla y tomándonos un pisco sour. 

En unos pocos días estaremos conmemorando el 8M y estoy segura que Katherine, Valentina y Margot, marcharían junto a nosotras con sus pañuelos morados y verdes en el cuello gritando:  “No es No, ¿qué parte no entendiste la N o la O?”

Rossana Grubsić Koren
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  • Docente.
  • Activista por los derechos de la infancia diversa.
  • Activista en DDHH y Memoria.

Imperfekt jiuman bin, amateur en ensayo y error, desaprendienta y feminista en  búsqueda permanente, subvirtiente catastrófica. También coordinadora ejecutiva de Fundación Selenna Magallanes e integrante de Taller/Colectiva Cueca Sola-> FB: https://www.facebook.com/cuecasolapuntaarenas

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Marcela M Lagos

Codo a codo las mujeres seguiremos visualizando a las heroinas que el patriarcado quiso borrar de la historia. Son muchas. Son importantes. Son pilares que en silencio construyeron y siguen construyendo la vida de todas y todos y todes!
Este 8 de Marzo estamos más juntas que nunca. Gracias Rossana por traer a la vida a las semillas que nunca han podido matar!

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