A don Gabriel le penaban los fantasmas. No puedo verlo de otra forma. Las polvorientas calles de su población no eran aptas para la silla de ruedas motorizada que tenía. Necesitaba una 4×4, de esas grandes, capaz de superar cualquier obstáculo de pastelones rotos, botellas de vidrios rotos, caca de perro que no se recoge, … Leer más