Marcelo Letelier Becerra es titulado de Pedagogía en Educación Física para Educación General Básica en la Universidad Nacional Andrés Bello. Cuenta con diplomados en Masoterapia Deportiva y Terapéutica. Su inquietud por ampliar el campo de acción lo ha llevado a capacitarse en Seminarios de Autismo, Educación Artística, Fisiología del Ejercicio, Gestión sociocultural y Gestión de Proyectos.
En su carta de presentación se vislumbra el desarrollo de iniciativas que van en busca de la enseñanza e intervención de espacios comunes, desde una perspectiva empática y amigable con el medio ambiente y las comunidades, en base a distintas disciplinas artísticas visuales y de actividad física.
De hecho, para muchas personas su nombre resuena y de inmediato se asocia con el quehacer artístico cultural que poco a poco ha ido dejando una impresión colorida en la ciudad de Punta Arenas. No es menor considerar, que el mural más grande de la región creado con la técnica del mosaico, está ubicado frente al Estrecho de Magallanes y corresponde a una actividad impulsada y coordinada por él.
Sin embargo, lo que más podríamos destacar de este profesor es su gran vocación en el trabajo comunitario, el trato amable hacia las personas que entrega sus conocimientos y una empatía a toda prueba. Es sencillo recordarle siempre con una sonrisa amplia que invita a crear en conjunto con él y que lo convierte en una persona entrañable.
Tu Aldea conversó con este artista de la educación, lo que compartimos con ustedes.
¿Cómo llegaste al mosaico?
La mamá de mi hija me enseñó la técnica y después con el tiempo la empecé a aplicar, pero el muralismo fue una idea más personal, porque en realidad trabajaba con niños autistas y ahí había un espacio que estaba muy rayado que le faltaba como una obra final.
¿Así partió todo?
Sí, hace ya unos 13 años, cuando recién egresé de Educación Física.
Que loco, porque esto es una línea más artística y tú eres profe de Educación Física ¿cómo unes esas dos áreas?
Es que de igual manera la Educación Física, dentro de la motricidad gruesa o del movimiento grueso también es Educación Artística, porque en el fondo cuando tú enseñas una destreza, una habilidad o una competencia de algo también necesitas tener un movimiento fino, que pueda hacer eso desde un niño que aprenda a gatear, un bebé hasta la gimnasia artística, por ejemplo y la rítmica que se ve muy preciosa, por el movimiento. Entonces, la belleza y el arte está en el movimiento, en este caso, el mosaico o este arte milenario es parte, un poco, de la motricidad fina y es así como también se define el mosaico, como un arte que es terapéutico, porque hace bien y tiene muchas cualidades, muchas características neurológicas del cerebro, de las coordinaciones del sistema vestibular. Entonces está asociado, solo que la motricidad fina la desarrollamos en Educación Física sólo en las unidades de psicomotricidad en la pre básica y en los primeros años de Educación Básica, pero debiera estar siempre en el ser humano, o sea, tejer, por ejemplo, todas esas actividades finas son motricidades que forman parte de eso, entonces está un poco asociado a Educación Física, tal vez no en su versión tradicional, pero es parte también de eso.
Y en este proceso ¿tú has realizado talleres con personas de distintas edades? ¿Cómo ha sido eso?
Claro, es que eso fue básicamente cuando trabajaba con niños y niñas autistas, jóvenes y adultos autistas, eran mis primeras experiencias como profesor. Entonces, estaba en Santiago en ese tiempo, recién egresado y teníamos emergencia ambiental y no teníamos Educación Física, entonces nos preguntamos: ¿qué hacemos? Bueno, una, fue hacer una sala multi-sensorial, que fue una idea muy interesante, pero muy artesanal, muy amateur, con aromas y también el mosaico como técnica para aprendizaje para llegar al mural, entonces después de eso yo lo agregué al currículo de mi trabajo y donde iba decía: ‘Mira, yo soy profesor Educación Física, me gusta la natación, pero también tengo esto del desarrollo del arte, digamos del mosaico como muralismo social también en Educación Física’ y de ahí, ya empezaron a salir proyectos a tal punto de que este año retomé la Educación Física tradicional y los años anteriores trabajaba solamente en mosaico- muralismo.
¿Qué tipo de personas han hecho tu taller?
Creo que pasa por cómo veo la pedagogía, es que en realidad lo que quiero no debería tener sesgos de nada, ni de edades, ni de ni de género ni de nada, entonces cualquier proyecto que yo realizo en realidad lo hago pensando en toda esa variedad y diversidad de personas, si hay que trabajarlo con niños de pre básica, no hay ningún problema, si hay que trabajar con mujeres es lo mismo. Socialmente en las generaciones nuestras la manualidad era femenina, pero en las generaciones de los niños de ahora todos hacen cosas. En lo que es de básica, hay mucha más actividad de manualidades y ahí no hay una división. En realidad, no existe.
Me imagino que, además, tú has tenido aprendizajes significativos en este ejercicio ¿Recuerdas alguno?
Hartos aprendizajes, claro, lo que pasa es que en esa concepción de la pedagogía tradicional muchas veces la pedagogía se ve como vertical, en relación al alumnado o hacia la persona que aprende que se define como alumno, pero si lo definimos como algo horizontal en donde todas las personas son maestros y maestras, uno lo que hace es entregar el conocimiento que sabe, pero también las personas traen un conocimiento previo, pues, en ese sentido pasan siempre muchas cosas o frases o palabras.
En ese sentido, toda palabra o toda retroalimentación se da como algo especial. Si me pongo a recordar algo ahora, hay mucho, pero principalmente destaco el apoyo y la participación constante de personas dentro de cada idea y cada proyecto y muy pocas veces me he sentido solitario y cuando me he sentido así, igual lo he visto como algo necesario. En ese sentido, lo más valioso es trabajar una idea en comunidad.
Uno lo puede hacer independientemente de esa concepción, pero hay personas a las que les gusta, por ejemplo, el arte del mosaico en realidad, pero no tanto enseñar o no tanto estar con otras personas.
Algunos lo ven como auto-terapia y hay otras personas, como es mi caso, que me siento responsable de ser parte de una comunidad que se ve beneficiada, si yo estoy de buen humor o estoy con energía de hacer proyectos, de hacer cosas, claro, y eso no lo veo tanto desde afuera, como que me vengan a decir: ‘oye, tú eres importante’, si yo no lo tengo concebido en mí mismo, no, por más que haya halagos o palabras de ese tipo uno no lo va a entender, pero si uno lo ve de esa manera es un propósito. O sea, no es que alguien te va a venir a exigir que tienes que hacer un mural, sino que uno se exige porque básicamente sabe que eso es un aporte de la comunidad y un aporte transparente y creativo y todas las cualidades que tiene el juntarse. Eso, considerando que en este tiempo estamos ciertamente más individualistas o a veces nos cuesta juntarnos en grupo.
¿Hay alguna cosa importante que te gustaría decir de lo que haces?
Siento que el arte, en sí, se ha llevado mucho desde el espectáculo o a veces desde la obra presentada, en el caso de las artes escénicas o en el caso de la música y muchas veces eso es algo un poco reduccionista de pensar, pues también hay arte en la entrega de oficios y cuando uno busca que la gente se desarrolle y aprenda un nuevo oficio, nuevas habilidades. Esa parte del arte está muy infravalorada en este país, o sea, siento que falta mucho desarrollo en ese aspecto y que es así como mucha gente a veces fallece y se pierden los oficios. Eso está pasando a muchas personas, que a lo mejor han querido enseñar, pero tal vez no tienen la capacidad de hacer un proyecto para poder hacerlo. Por ejemplo, un zapatero pone arte, un carpintero de bahía que puede hacer un barco o una lancha, maneja arte en su actividad y se requiere de otras habilidades para formular un proyecto, lo que parece algo casi épico.
Se podría realizar una encuesta social para preguntar cuántas personas viven de lo que les gusta o hacen lo que les gusta o cuántos jóvenes mayores de 18 están realizándose de acuerdo a sus virtudes. Probablemente el porcentaje sería muy bajo y no es que yo esté haciendo un cálculo, así es simplemente lo que veo en la sociedad, que mucha gente trabaja porque necesita sustento básicamente y es lamentable porque muchos talentos se pierden y terminan haciendo lo que tradicionalmente se hace. Así es como existen frases como: ‘por amor al arte’. No se logra desarrollar a las personas de acuerdo a sus virtudes y eso genera una crisis humanitaria, creo que está pasando ahora con la sociedad, que los niños no hagan lo que les guste debería cambiar.
¿Hay algo más que quieras contar de lo que haces o de la realidad?
No, que básicamente a pesar de que uno de repente puede realizar un análisis crítico que parece una forma pesimista de ver el futuro, creo que uno igual tiene que ser optimista, pero el optimismo tiene que venir de la acción, no de decir y creo que en el hacer hacer está la esperanza. Ahí está el futuro. Depende de lo que tú hagas o desarrolles y eso independiente que tú lo hagas con un proyecto de cualquier índole financiado o no. Seguir ese camino es importante.
Saramago, dijo que el pesimismo es una manifestación de las personas que esperan más de la realidad, es decir, que sueñan un mundo mejor.
En ese sentido yo lo comparto un poco, porque un porcentaje de esas personas han tratado muchas cosas y no les han resultado y ya se ponen pesimistas, en una especie de pesimismo aprendido, social, no sé, contra el Estado, contra todo, básicamente puede ser como idealismo de repente canalizado de una manera en donde ya tú vas perdiendo esa sensación positiva de las cosas porque en el fondo es como el antónimo. Pero claro, si uno piensa… la sociedad está en una crisis, digamos en Chile, por lo menos yo así lo veo, hay una crisis educacional terrible, una falta de análisis de realidad de la educación, que yo lo veo en la escuela, ¿no? Eso no debería significar que los niños dejen de reír.
Ese es tal vez el gran mensaje, que si nosotros salimos a la calle y hay unos niños en una cancha y está llena de basura, toda deteriorada, los niños se van a estar riendo y en ese sentido yo prefiero buscar que mi niño interior se ría ante todo lo que suceda, antes de que sucumba a ese materialismo, que a veces se mal entiende como felicidad y que de alguna manera no tiene nada que ver con la felicidad, porque la felicidad es más simple.
De repente nos convertimos en adultos y en esa adultez también nos hemos ido llenando de prejuicios, de la vida, situaciones o fracasos, pero para los niños eso es una experiencia del día a día, en ese sentido, tal vez el mensaje es como infantilizar nuestro pensamiento, pues podemos tener nuestro raciocinio, leer y estudiar, pero siempre con esa sonrisa de niño, de niña, que nos caracterizó siendo más pequeños, pero que ahora de adultos que tienen que trabajar, no tiene que llevarnos a esa falta de alegría o de esperanza, aunque sea utópico. Las ideas utópicas se rompen cuando hay una acción.
Yo no sé, o sea, respeto a los cultores y a las personas que están partiendo, haciendo arte o haciendo distintas cosas que les gusta hacer, porque en el colegio les gustó una persona que es barbero o ser tatuador. Eso lo vi la otra vez en la Feria de Artes Gráficas, que había muchos jóvenes que están haciendo nuevas cosas, desde un sticker, actualizándose a los tiempos de ahora que todo nos sirve. Si de repente tenemos que aprender acerca de economía o aprender acerca de cualquier cosa, creo que estamos en tiempos donde el oficio tiene que volver a ser como parte principal de nuestro desarrollo y no seguir pensando de que utilizamos estos cuatro años en la universidad para poder ser alguien, sino que lo somos desde ya.
Es necesario que más personas hagan lo que les gusta, creo que eso es la felicidad y es suficiente. Necesitamos aprender todo tipo de experiencias que se nos puedan dar y ojalá podamos vernos como aprendices y como maestros a la vez.
Fotografía central: Cristian Valle Celedón @habitagonia
Administrador de tualdea.cl
Felicitaciones, por ejercer el Arte del Mosaico del cual tuve la oportunidad de hacer taller y fue muy entretenido y hermoso.