Los ojos estrellados de la sordera

Hace un mes que estoy conviviendo con una persona sorda en distintos espacios públicos. Algunos son presenciales y otros son virtuales y esto me ha llevado a reflexionar de manera más profunda sobre la situación de discapacidad de esta persona a quien yo en lo personal conocía desde antes cuando me interesó aprender un poco más de ese mundo, que en definitiva no es un mundo aparte si no una Identidad en si misma. Y por ser una identidad también pertenece a una cultura, una que muchas veces pasamos de largo, que no vemos, ni tampoco nos relacionamos.   

Como todas y todos, generalmente nos preocupamos de aprender cuando tenemos a alguien muy cercano que se encuentra en situación de discapacidad. Conocemos mucha gente que habla (y que no dice nada) pero muy pocos que se comunican en lengua de señas.  Yo tengo la suerte de haber conocido en el último tiempo a la comunidad sorda de Punta Arenas a través de mi interés en adquirir una nueva habilidad hace ya varios años, y es así como tuve cercanía con Daniela, Alexis y otras personas con hipoacusia profunda. Mi propia madre la sufre a raíz de un colesteatoma aparecido hace mas de 40 años y que ha recidivado un par de veces obligándola a una salida quirúrgica en todas ellas.

Sin embargo, no me imaginé nunca que me vería enfrentada a mi propia situación de discapacidad desde el momento que la pandemia nos obligó al uso de las pantallas. Mi corrección en el ojo izquierdo es de mucho mas de 5, porque claro, categorizamos con índices, pero lo cierto es que en el día a día no pienso en el más de cinco si no en las dificultades para leer las etiquetas de los productos en el supermercado, el vencimiento de los lácteos y ni hablar de leer un libro sin lupa (mientras en mi cabeza siempre suena “¿qué le pasa a Lupita…No sé!”) y esta limitación es nada comparada con la sordera.

Hoy comparto con Julie Christie actividades que para ella son cotidianas y yo, la veo con un grado de envidia y admiración. Ella nació con sordera profunda y cuando la diagnosticaron, su mamá decidió que Julie debería aprender a hablar, leer y escribir. Los resultados fueron tan buenos que Julie ha podido estudiar una carrera de educación superior, es presidenta de la Asociación de Sordos de Punta Arenas y es directora de equidad y género de la Federación Nacional de la comunidad Sorda de Chile. Ella puede leer labios y su habla es buena.  Está casada, es mamá, enseña y es vecina de esta comuna.

Sin embargo, ella me hace pensar en las voces sordas, pues los entendidos catalogan el acto de hablar como un esfuerzo para las personas sordas. Cuando forman las palabras, parece que nunca salen como suenan en sus cabezas. La entonación, la pronunciación, el tono y el volumen son conceptos que para ellos parecen un poco abstractos.

Muchas personas sordas tienen formas divertidas de describir su propia voz de sorda, y de apropiarse de ella en cierto modo. He leído que algunos la describen como el sonido de una lavadora centrifugando, una sirena de ambulancia intermitente o algunos dicen que suena como el francés. Yo creo que Julie habla en francés, alemán y portugués, también habla en algoritmos y en cósmico y en universo.  Julie habla con los ojos brillantes y achinados, con sonrisas, con sus manos y con abrazos y lo hace tan bien que es un agente de cambio social enorme en estos tiempos difíciles en que las mujeres sostenemos todos los sistemas de la vida, pues es una mujer tan inteligente que ha generado competencias y habilidades gigantescas para adaptarse a nuestro medio oyente siendo una chica que lleva su activismo al nivel de generadora de cambios.  Yo no sé si ella se da cuenta que todos los días deja el mundo más bonito. Que es una fuente de inspiración no solo en su comunidad si no en todas las vidas que toca. 

Hace poco el Estado de Chile reconoció la Lengua de Señas Chilena como: “una lengua natural, originaria y patrimonio intangible de las personas sordas, así como también el elemento esencial de su cultura e identidad individual y colectiva.  El Estado reconoce su carácter de lengua oficial de las personas sordas”.   Ahora, el principal desafío se enfocará en la nueva Constitución y el respeto de los derechos de las personas sordas o con discapacidad auditiva. Las organizaciones y asociaciones de personas sordas tienen mucho que aportar a la discusión que deberán compartir los constituyentes y afortunadamente, tenemos localmente conciencia y representantes potentes en esta área que puedan llevar las experiencias de la comunidad sorda y que abran los espacios para que las comunidades expresen sus necesidades y la lengua de señas sea materia obligatoria en las escuelas de Chile.  Mientras eso sucede yo sigo disfrutando de la compañía, del francés de la increíble Julie y de la forma en que se enfrenta al mundo con pachorra, de su buen humor, de su gracia y de sus ojos estrellados que todo lo iluminan.