Ermitaño es quien habita las cavernas del abismo
Recovecos donde mora este ser en soledad
Tan profundo es el vacío que no encuentro la salida
Mientras más yo me sumerjo más lejano es el final.
Sé muy bien que en este estado nunca llego a complacerte
El amargo del suspiro no me deja reaccionar
Tan sinuoso es el camino de quien va por el costado
En los tumbos de la vida ignoro cuál es mi lugar.
Son las sombras compañeras de mi andar entre penumbras
No le temo a las tinieblas sí a la mano con puñal
En los vicios, el remate, mi pasado es el que arrastro
Esta jaula que he creado no me deja despertar.
No sé cuál es la respuesta desconozco la pregunta
Como un hombre que no sabe las estrellas descifrar
Deambulando por parajes que bifurcan mi destino
Mi epitafio es lapidario: no hay principio sin final.
Es mi santo mi consuelo, el demonio mi tormento
Y maldito es el destierro que con vos me intersectó
Por las noches los ladridos interrumpen el silencio
Y esa paz que en vano busco se transforma en ilusión.
Este perro que no abre su corazón a las personas
Se encadena al cancerbero masca su pena en soledad
Orgulloso como un rey que celebra por la ruina
De lo que algún día fuera su palacio de cristal.
Soy el dueño del martillo que en mi juicio me condena
Soy arte, juez y parte de la carne que han de sepultar
Más no quiero la sentencia que me ha sido por ti impuesta
Mucho menos a ese loco, mi reflejo en el cristal.
Ya mi cuerpo me ha avisado ‘no te zarpes con la línea’
No se puede a rienda suelta entablar con ella una amistad
¿Es así como quisieras que tus días terminasen
lamentando desde abajo la muerte que has de provocar?
Es que acaso mi persona mal ejemplo te ha brindado
Con tus triunfos y fracasos solo tienes que lidiar
Si dolor es lo que ocultas tras el parche de pirata
No te olvides que en los mares el viento viaja en libertad.
Es mi cuerpo prisionero de pasiones terrenales
La flaqueza de mi carne me encadena al eslabón
Atrapado por las redes mis latidos son la marca
Del compás desenfrenado que apolilla mi motor.
En esta situación tan sólo yo puedo ayudarme
Este cambio necesito que se geste en mi interior
Paso el día prometiendo ‘mañana dejaré de verte’,
Pero empiezo el nuevo día sin poder decirte adiós.
En qué parte del camino terminé de ti prendido
En qué parte de mi mente esa voz se ocultará
Como un tigre sigiloso que acechando está a su presa
Aguaitando hasta el momento en que la pueda devorar.
Es que largas son las horas un segundo es una vida
Si el infinito no es eterno todo tiene su final
Si algún día pude darte las razones que querías
Te subiste por el chorro y ahora pretendes gobernar.
Me cansé de ser esclavo serás tú quien obedezca
Los principios del contrato que en mi pecho he de llevar
Si no cumplo no soy digno de a los ojos yo mirarte
El zarpazo de aquel tigre me dejó sin voluntad.
De esta noche me despido contemplando el firmamento
Anhelando que esa estrella se iluminé en mi interior
Y ese grillo misterioso me cautiva con su canto,
Pues no quiere que mi vida se convierta en perdición.
Alexander Santander Olate
Profesor de Historia y Ciencias Sociales.