Así como antes fue el conejo hoy en día es el castor, foráneo roedor que con precisión de ingeniero devora los senderos que antaño el indio atravesó. Desde Canadá fuiste importado, fugándote desde Argentina, encontrando en nuestra tierra un lugar donde habitar. El problema es de todos o tan sólo de unos pocos, para quienes tu presencia es sinónimo del mal. No olvidemos que fue el hombre y su afán descontrolado, por obtener monetarios resultados quien te quiso subyugar. Por qué madrugas, ahora entiendo, tu cabeza tiene precio, más vale que te escondas cuando te vayan a buscar.
Alexander Santander Olate
Profesor de Historia y Ciencias Sociales.