Mario Argel Uribe conversó con Tu aldea sobre la matanza de lobos de mar, uso de antibióticos, modificación del fondo marino, y el sistema de sobreexplotación que viven los trabajadores de la empresa
Desde el inicio de su vida, Mario Argel Uribe estuvo en contacto con el mar. Su madre acusó síntomas de parto arriba de la lancha y tuvieron que aparcar en Calbuco para que pudiera dar a luz. De ahí en adelante el tejido de su historia se fue entrelazando con las aguas saladas. Forma parte de una familia cuya cultura está asentada en la pesca artesanal y por lo mismo él, comenzó a pescar a los 13 años.
En 2017 vivía en Puerto Montt y se enteró que Nova Austral estaba reclutando fuerza laboral de la décima región, ya que según explicó, en Punta Arenas, los trabajadores de mar están más abocados a las labores de lancha en el ámbito pesquero artesanal, pero no es frecuente que trabajen para las salmoneras. En ese llamado, la empresa solicitaba contar con la tarjeta de patrón de nave menor, que es para “sacar zarpe a los botes” y aunque él afirma que nunca le sacó un zarpe a Nova Austral, con esa tarjeta que entrega la Armada pudo postular a la vacante y fue seleccionado.
Como el proceso fue rápido, en una semana ya estaba en Punta Arenas. Sobre su contratación indicó: “Ofrecían un proyecto de trabajo que en lo real no existe, pero en lo escrito es muy bonito, porque tenían ejes de sustentabilidad, social, del medio ambiente, según ellos, cosa que en la práctica no se cumple. Vine acá el 22 de febrero de 2017, ahí empezó mi contrato con Nova Austral y desde ahí en adelante en los centros. Empecé en Aracena 6 que es dentro del Parque Nacional Alberto de Agostini. Trabajé en la mayoría de los centros de ese parque. Ahí me empecé a sorprender de las prácticas que ocupaban. Claramente, en un principio ellos decían que no ocupaban antibióticos y después en algunas partes yo vi que sí ocupaban. Entonces ya estaban contradiciéndose de sus prácticas ‘cero antibiótico’”, en tanto explicó que es normal que los salmones se reproduzcan muy rápido en cautiverio.
Después se dio cuenta que por el exceso de peces había exceso de mortalidad y los tiraban al mar, en tanto dijo: “Por lo que se supo ahora, en todas las investigaciones ellos ‘sembraban’, como se dice, una cantidad superior e informaban una inferior. Entonces tenían una sobrepoblación de salmones que también repercute en las enfermedades de los mismos, en el estrés (porque los peces también se estresan), baja de oxígeno, mayor mortalidad. Se genera todo un problema y exceso de mortalidad significa exceso de trabajo, exceso de ensilaje, que consiste en moler el pescado y ponerlo en bins (contenedores) para que sean transportados y convertidos en harina de pescado”.
Cabe mencionar que la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) sancionó con 5 cinco cargos, uno calificado como Gravísimo por 1.013 Unidades Tributarias Anuales (UTA) y cuatro Leves por un total de 928.2 UTA, a Nova Austral S.A., titular del “Centro de Engorda de Salmónidos (CES) Aracena 19”, ubicado al interior del Parque Nacional Alberto de Agostini.
Esto, debido a ocultamiento de información evitando que la SMA ejerciera sus atribuciones fiscalizadoras; “inadecuado manejo de mortalidad y de residuos sólidos”, incumplimiento de medidas preventivas en su Plan de Contingencias, además de un pretil de plataforma de ensilaje que presentaba daños estructurales.
En cuanto al cargo gravísimo, la infracción se imputó debido a que el titular no remitió copia digitalizada de bitácora de control diario de mortalidad sometida a ensilaje en el centro, correspondiente al ciclo productivo 2016-2018.
Sobre los cargos leves, la SMA informó que estos se traducían en el inadecuado manejo de las mortalidades generadas en el CES en los ciclos productivos 2013-2015 y 2016-2018, manifestada en las discrepancias numéricas existentes entre la mortalidad extraída desde las jaulas del CES Aracena 19 y las sometidas al sistema de ensilaje; inadecuado manejo de residuos sólidos; el pretil de plataforma de ensilaje presentaba una abertura a nivel de base de 15 x 7 centímetros e incumplimiento de medidas preventivas (realización de actividades y contar con determinados equipos) establecidas en los Planes de Contingencia.
Leer más aquí: https://portal.sma.gob.cl/index.php/2021/09/09/region-de-magallanes-sma-sanciono-a-nova-austral-s-a-por-mas-de-1-mil-225-millones/
Matanza de lobos marinos
Sin embargo, no todo era ensilado, Mario Argel remarcó: “Una cantidad importante se tiraba al mar, para los lobos y ahí está el por qué llegan tantos lobos a las salmoneras. Obviamente los lobos quieren comer hasta que se sacien y cuando ya es época de cosecha hay muchos lobos en todas las costas cercanas al ‘centro’ y los cazaban, con lanzas, con lances de redes dentro de las mismas jaulas, porque rompían las mallas si estaban un poco podridas o simplemente las mordían o se subían y entraban a las jaulas a comer lo que podían y después ya no podían salir. Ahí aprovechaban y los mataban con lanzas o los ahogaban. Quiero recalcar que yo nunca maté un lobo marino”.
Tras una pausa explicó que la matanza de lobos se repite en cada proceso de cosecha, destacando: “Lo que más me sorprendió es como los lobos reaccionan ante la muerte, porque uno dice, son animales que no piensan, que no sienten pero, no es así. Yo pude ver que cuando los buzos sacaron a una loba muerta, la amarraron en el bote y entonces tuve que transportarla desde un punto a otro punto lejano. Mientras lo hacía escucho ruido de lobos que venían gritando y saltando lejos, pero rápido y se van acercando. Llego a donde tenía que dejar la loba muerta y llegan los lobos encima ¿Qué tuve que hacer? Desamarrar a la loba y rajar, porque venían encima todos, cinco o seis lobos. Eso para mí fue como una advertencia y de ahí ya no quise saber más de matanza de lobos…porque sufren. Están llorando una semana. En la noche lloran, gritan cuando se muere uno de ellos. Seguramente tienen lazos familiares. Ver eso fue muy fuerte para mí”.
Modificación de fondo marino
Otro aspecto grave que dio a conocer Argel es la modificación del fondo marino, según enunció: “Nadie sabía por qué estábamos haciendo ese trabajo. Después yo me empecé a informar y claramente era porque el lugar donde estábamos, que era Aracena 14 que está dentro del Parque Nacional Alberto de Agostini tenía una calidad del suelo que era anaeróbico (que no hay oxígeno, que no hay vida) entonces lo que hicieron fue cubrir con 200 toneladas de arena que transportaban desde Punta Arenas (Tres Puentes) hacia el Centro Aracena 14. Esa es una parte de la historia, es lo que investigaron y que pudo ser verificado por los GPS de los barcos y ellos pidieron la información. Eso está en investigación por parte Consejo de Defensa del Estado (CDE). Lo que no está en ese informe es que los trabajadores removieron orillas costeras con botes y sacos. Es mucho, mucho material, botes llenos, hasta el tope, casi hundidos. Entonces, uno, era un riesgo de hundimiento, pega de sobresfuerzo. Varios compañeros quedaron con lumbago, se lesionaron la espalda y yo también. Tengo dos licencias en ese período por lo mismo y, desde ahí en adelante yo no quise participar más de los trabajos de Nova Austral. Salí como tres veces más y salí con licencia del doctor Juan Vukusic, que es quien sabe lo que yo pasé, cómo me sentía con eso y lo que repercutía en mi como persona, que no quería seguir siendo parte de actos ilícitos porque en ese momento cuando yo ya tuve el tiempo de pensar esto y de analizarlo no eran cosas positivas ni para mí, ni para el entorno, ni para mi salud, ni para nada”.
Entonces explicó: “La remoción de fondo marino, partió con una empresa que se llama Marine Duty, de dragado. Las dragas son barcazas pequeñas que llegan con maquinaria para remover el fondo y cuando lo hacen, lo limpian en cierto sentido, retiran material de fecas (lo que puedan), porque no creo que lo limpien todo- luego de eso, marcan con GPS los puntos donde ya no hay vida (anaeróbicos), después los tapan con arena. Pero lo que pasó es que con las 200 toneladas de arena que tenían no pudieron tapar todo, porque se movía con la corriente. No era tan fácil cubrir la mancha que ya estaba muerta. Entonces ahí entrabamos nosotros, los operarios, que somos el eslabón más bajo que puede haber en la empresa y los que realizamos la mayoría de los trabajos, que son mandatados por órdenes verbales, nunca hubo una orden escrita, aunque se supone que ellos deben tener un programa de trabajo diario donde a ti en las mañanas te dicen: ‘vamos a hacer este trabajo o este otro’ y lo tienen anotado en la pizarra, pero este tipo de trabajo no estaba, pero existen correos institucionales desde la gerencia a los asistentes de centro donde sí aparece esa información”.
Un sistema de sobrexplotación laboral
Al ingresar al sitio web de Nova Austral el primer mensaje emergente remarca el concepto de “salmón sustentable cultivado en las aguas prístinas y heladas de la Antártica”. Además, en la sección de noticias se destaca la adhesión a la Red Pacto Global Chile de parte de la salmonera. Según la nota, Nova Austral “se compromete a integrar en su estrategia y en todos los procesos de su operación los 10 principios universales que promueve Pacto Global en términos de derechos humanos, medio ambiente, relaciones laborales y anticorrupción y manifiesta que sus esfuerzos en materia de sostenibilidad estarán alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Sin embargo, la experiencia que relata Mario Argel se contrapone con estos principios, ya que además de todas las infracciones ambientales, hay un permanente sobresfuerzo que presiona a los trabajadores. “A los jefes no les importaba que estuviera el puerto cerrado o que hubiera temporal; uno tiene que salir igual, porque tienes que producir y la empresa tiene que solventarse, tener números positivos, no negativos. Entonces uno es un número para que el número de ellos aumente”, puntualizó.
Luego indicó: “Quiero dar a conocer cómo es la situación de las personas dentro de estos trabajos. Cómo se vulneran sistemáticamente, desde el principio hasta el final de la producción los derechos laborales, sin haber siquiera una repercusión monetaria, ni de atención, ni un llamado, ni nada y, a la vez, la colusión que tiene el sindicato de Nova Austral con la misma empresa. En la última negociación que hubo yo pregunté por qué ellos como sindicato no solicitaban dar a conocer esta información o que no se siga haciendo, cómo el sindicato no quiere reconocer que están siendo parte o que están avalando conductas laborales ilícitas. Cómo el sindicato no quiere apoyar a sus trabajadores en cuanto a hacer denuncias, cómo el sindicato te manda a la FIFA a reclamar, cuando tú tienes una duda o quieres denunciar, cómo te pueden decir que tú estás loco si no quieres matar más lobos marinos, cómo te pueden decir que estás loco si no quieres seguir removiendo fondos. Entonces ¿hay una complicidad entre el sindicato y la empresa? Claro que la hay”. Según comentó, la mayoría de los reclamos de trabajadores han sido entregados al sindicato de manera verbal y lejos de ser acogidos, son silenciados.
Asimismo, había pontones que no estaban fondeados y ya estaban trabajando. En este sentido, explicó que “fondear” significa que los pontones estén con cadenas en cada esquina, para que cuando ocurran los temporales estos no sean desplazados o no existan riesgos de hundimiento. Los trabajadores habitaban en instalaciones que apenas estaban amarradas, mientras que todo funcionaba en un sistema de descontrol generalizado. Otra práctica frecuente era salir con puerto cerrado, con el consiguiente riesgo de muerte para los trabajadores, sobre todo considerando las inclemencias del clima, ello, con la amenaza de que si no lo hacían, les serían descontadas las horas extras.
Sumado a lo anterior, Mario recordó que las remuneraciones no eran justas y esto se nota mucho más en período pandémico. Por ejemplo, él ingresó con un sueldo de $515 mil pesos, con roles de 14 por 14 y en pandemia con roles de 30 por 30, aunque ni siquiera se cumplieron los 30 días de descanso. “Hay gente que se suicida, literalmente, porque tienen problemas y no hay ayuda sicológica mensual, trimestral, semestral como para que los trabajadores estén a gusto, entonces la persona que llega con problemas de afuera puede optar por suicidarse. Se han colgado varios en los pontones. Una persona por ejemplo en el primer cambio a rol de 30 días se suicidó. Eso no apareció en el diario, en ninguna parte”. Sin embargo, “mucha gente sigue trabajando en la empresa pero no se siente cómoda, normalizaron esta actitud bárbara. Es normal para ellos matar lobos, es normal modificar fondo, es normal para ellos cometer ilícito”, dijo.
Como si todo esto no fuera poco, según lo informado por Argel, en un centro trabajan alrededor de 12 personas, que se distribuyen en 01 jefe de centro, 01 asistente de centro, 02 operarios, un capataz, 03 buzos, 01 cocinero más algunas personas de empresas externas que llegan a prestar servicios. Todos ellos deben convivir en condiciones de hacinamiento. Por ejemplo, las habitaciones tienen una capacidad para 04 literas, pero para efectos de aumentar la productividad de Nova Austral, se suele anclar dos camarotes más a las piezas. Eso significa que muchas veces, debían dormir 06 personas en un espacio de 04 x 04.
No se explica que habiendo más espacio, el que es asignado a los operarios sea tan reducido. Sin embargo, las jefaturas gozan de otras condiciones más dignas, lo que marca una clara discriminación en base a las funciones de los trabajadores.
La denuncia
Argel buscó la forma de denunciar las prácticas de Nova Austral, convencido de que se trataba de acciones que clasificaban como ilícitos y él no estaba dispuesto a ejecutarlas. “Yo me dirigí a la Inspección del Trabajo varias veces, esa que está en Pedro Montt. Ellos me dijeron que no podían hacer nada y me derivaron a la Inspección del Trabajo que está en José Menéndez. Fui ahí y me dijeron que no era una denuncia laboral, a pesar de que yo les decía que estaba incumpliendo la ley para favorecer a una persona jurídica, que en este caso es Nova Austral no me estoy beneficiando con esto, entonces estaba cometiendo ilícitos para otros y eso es un delito, pero me dijeron que era una situación ambiental y que tenía que hacer la denuncia civil a otra entidad, pero para eso yo necesitaba un abogado y pagarme las costas solo, entonces no me dieron respuesta. Entonces quedé tal cual como llegué, sin poder denunciar, sin información. Eso fue el 2019, entonces la denuncia que hoy sale (reportaje de Informe Especial de TVN) es al mismo tiempo que yo estaba intentando denunciar el ilícito.
Ahora que se dio a conocer estos informes y que ya pasó la pandemia fui nuevamente a la Inspección del Trabajo y además de derivarme a varias partes, lo único que me aconsejó un abogado fue realizar un autodespido, citando el artículo 171, que es como falta de probidad de la empresa, además de incluir los relatos de la denuncia, que era lo más cercano para dar la información, ni siquiera se trata de la denuncia como tal, porque no he podido hacerla. Entonces ahora, me auto despedí el día 22 de septiembre citando los artículos y poniendo en el relato la razón de esto, que era principalmente la modificación de fondo marino. Eso lo puedo comprobar porque la matanza de lobos y el resto de las cosas que digo no es comprobable, porque no tengo fotos, simplemente mi relato. A excepción de los trabajos de sobre esfuerzo que realicé en el Centro Aracena 3 donde denuncié a un jefe de centro, pero lo que pasa con la Inspección del Trabajo es que no tiene cómo fiscalizar a las empresas que están en el mar.
Ver Informe de fiscalización aquí:
Informe-de-fiscalizaciónEntonces ¿cómo un ente fiscalizador que no tiene los recursos para fiscalizar en sí, va a velar por los derechos de los trabajadores? No existe eso, porque después de la denuncia que le hice a mi jefe directo en ese momento, llegó una resolución de la Inspección del Trabajo, en la cual ellos no pudieron corroborar si existía o no el delito, lo único que pudieron revisar fueron los libros, las obras de trabajo, pero la empresa tomó cartas en el asunto y lo que hizo fue despedir a ese jefe de centro. Entonces, con ese despido corroboran que si habían prácticas que no están dentro de lo normal para un trabajador.
En ese momento lo que yo denunciaba era que estábamos realizando un conteo de peces, uno a uno en cada jaula de un centro, trabajo que creo que SERNAPESCA ya no está autorizando, por el hecho de que los peces se mueven de un lado a otro, de una jaula a otra. Ese trabajo lo estábamos realizando de forma artesanal porque no teníamos siquiera los barcos, ni el material, ni nada, entonces era una labor que la gente como ya lleva tantos años en ese trabajo lo hace de forma automática, con los elementos que tenga. Entonces se dividían las jaulas donde estaban todos los peces -por la mitad-, una parte de los peces quedaban en un lado y la otra quedaba vacía y empezaban a hacer un túnel y los peces pasaban de a uno, hasta que contabas no sé, cuarenta mil, cincuenta mil, sesenta mil…y querían que hiciéramos eso hasta las tres de la mañana. Los primeros días íbamos a trabajar, hacíamos la pega, pero todos malhumorados, con el jefe obligándonos, apurándonos y todos reclamando, porque ni siquiera teníamos un barco para hacer la maniobra”.
En esta parte del relato, Mario recordó ocasiones en que al término de la jornada su jefe quería que volviera a las faenas después de las 19.00, 20.00, 21.00, 22.00 y hasta altas horas de la madrugada inclusive. Fue allí que se generó un diálogo con la jefatura, que describió de este modo: “¿Usted se da cuenta que este trabajo es de sobresfuerzo? Él me reconoció que sí ¿Usted se da cuenta que este trabajo no se puede hacer? Sí –me dice- ¿Y usted se da cuenta que esta es una explotación laboral? Sí –me dice ¿Y aun así lo quiere hacer? Y me responde que sí. Entonces yo a usted lo voy a denunciar a la Inspección del Trabajo, yo no voy a salir a trabajar ahora, me voy a sacar la ropa de trabajo y me voy a ir a descansar.
Pasado eso subo a la parte habitacional de los pontones, que son como las casas que uno tiene en el mar, me voy a mirar tele, a tomar un café y llega mi jefe a increparme, con intención de discutir conmigo, a lo cual yo le respondo: ‘Usted, si no tiene argumentos y solo quiere pelear yo no tengo nada que hablar con usted’, eso fue lo único que le dije. Al otro día llega un correo de parte de jefatura, de Isaac Ollivet-Benson, jefe de área en ese momento que quería conversar conmigo el próximo lunes, por una situación. Ni siquiera dice por qué, pues ellos se cuidan mucho en lo que dicen.
Cuando voy a su oficina me pregunta qué había pasado y yo le digo que me cuente su versión. Claramente él me da una versión en la que dice que yo había violentado verbalmente a mi jefe, que lo había insultado y todo. Entonces yo le dije que esa era su versión y que ahora venía la mía. Le pregunto: ‘¿Usted sabe que estábamos contando peces afuera?’ El asiente con la cabeza ‘¿Usted sabe que esa maniobra no se puede hacer?’ Asiente con la cabeza. Entonces, le dije que en base a eso yo no salí a trabajar y que era un trabajo de sobresfuerzo por lo que iba a denunciarlo ante la Inspección del Trabajo. Entonces me queda mirando, nos damos la mano y yo me voy”.
Al respecto, Mario reflexionó sobre la inexistencia de fiscalizaciones, insistiendo en el hecho de que han pasado casi dos años de pandemia sin fiscalización por parte de la Inspección del Trabajo hacia una empresa salmonera de Magallanes y quizás en todo Chile. Ello, porque según recuerda, dicha entidad no cuenta con personal para fiscalizar, recursos financieros y botes para realizar fiscalizaciones, de hacerlo debe solicitar las embarcaciones a la Armada, que en estos momentos no va a los centros de cultivo, pues solamente lo hacen en situaciones de emergencia.
A la luz de estos hechos, la pandemia agudizó la precariedad laboral y Mario dijo sentir mucha rabia y miedo de querer hablar en principio. “Bien podría haber sacado fotos a todos los procesos delictuales que uno hacía, pero ¿cuál sería la repercusión para mí y para mi familia si me llegan a pillar con fotos de sus prácticas ilegales? ¿Qué quiero preservar para mí, mi vida, mi familia? ¿Quiero preservar mi trabajo, mi fuente económica? Entonces lo mejor para eso es el silencio, pero cuánto dura eso, cómo lo callas siempre. No se puede. Cuando uno tiene una conciencia, cuando uno está relacionado al mar, cuando uno tiene una cultura relacionada con el mar desde la infancia, cuando has visto a toda tu familia y tus vecinos que trabajan en el mar, que viven de eso y cómo el empresariado, en este caso la salmonera ha ido destruyendo todo ese tipo de trabajos que son artesanales. Hoy en día el trabajo artesanal está relegado a la exclusión, a las personas que no tienen estudios, a las personas que no pueden salir de este tipo de trabajo. Pero yo creo que es mucho más valorable que estar cometiendo actos delictuales por una empresa en la que tú no te beneficias para nada. Lo único que te genera es un cargo de conciencia en cuanto a lo ambiental, en cuanto a lo emocional, a lo psicológico, porque tú tienes que cargar con muertes de pescados, muertes de lobos marinos que estaban viviendo ahí, antes que tú llegaras”.
Al término de la entrevista, Mario compartió una última reflexión: “Estoy en contra de toda actividad acuícola, de cultivo intensivo y extenso. Lo más importante hoy es preservar la vida y su biodiversidad, que es lo que prevalece en esta tierra, nosotros somos pasajeros”.
El caso de Mario Argel califica como uno que es digno de estudio, donde confluyen vulneraciones de derechos humanos y de la naturaleza. Su difusión es necesaria, sobre todo hoy, en que Chile avanza hacia la escritura de una nueva constitución y es que no se explica cómo en el año 2021 una empresa como Nova Austral siga operando en la más total impunidad, bajo un sistema que permite los ilícitos descritos por este pescador artesanal que atentan contra la vida del mar, que es el principal secuestrador de CO2 del planeta. Tampoco se explica que las instituciones del Estado no cuenten con métodos de fiscalización para evitar la barbarie descrita en esta nota.
Como equipo de Tu Aldea, agradecemos la valentía de Mario Argel Uribe, por mostrar esta, su verdad y dar a conocer las verdaderas prácticas de Nova Austral, esas que distan mucho de la imagen que proyecta la empresa.
Administrador de tualdea.cl
Apoyo 100%.pasé por ahí..1.6 años y sobretodo los sindicatos una verguenza.
Un valiente. Mis saludos para Mario. Ojalá las ONGs que le venden “certificaciones” a los salmoneros y los “Candidates” que hablan de “salmonicultura sustentable” puedan leer (si es que saben) y entender (si es que pueden) esta historia.
Gracias por la información
Esto debiera tener mayor difusión, pero ya sabemos de las maniobras de acallamiento que son impuestas. Felicidades a tualdea.cl y al Sr. Argel
Que valiente lo admiro, gracias por mostrarnos una vez más que la industria salmonera es despiadada en todo el sentido de la palabra…
Hagan esto público en la prensa o medios locales
[…] Cabe recordar que el caso de Argel fue abordado ampliamente en una nota de Tu aldea fechada el 11 de octubre, donde dicho hombre de mar explicó que Nova Austral vulnera los derechos laborales de sus operarios de distintas formas y les obliga a cometer ilícitos o a ser testigos de ellos, como por ejemplo la matanza de lobos de mar, el uso de antibióticos y la modificación del fondo marino. Ver nota: https://tualdea.cl/2021/10/11/trabajador-de-nova-austral-se-auto-despidio-para-no-cometer-ilicitos-o… […]
[…] el año pasado, donde dio a conocer las malas prácticas de la salmonera Nova Austral (ver aquí: https://tualdea.cl/2021/10/11/trabajador-de-nova-austral-se-auto-despidio-para-no-cometer-ilicitos-o…😉 Le pedimos sus impresiones tras ver el documental y esto es lo que respondió: “Me […]