Tras una jornada de análisis varios, en la mayoría de los territorios de Chile se respiran “aires de cambios” y Magallanes no es la excepción en referencia a la elección de constituyentes. Se ha difundido ampliamente que la primera mayoría fue obtenida por el abogado Mauricio Daza, de la lista Regionalismo Ciudadano Independiente (con seis candidatos y 10.177 votos), que contó con el apoyo del senador Carlos Bianchi. Sin embargo, la revelación de este proceso fue la importante adhesión alcanzada por la Coordinadora Social de Magallanes (con cinco candidatos/as y 9.524 votos), gracias a la cual se posicionó a la candidata ecofeminista, Elisa Giustinianovich, quien articuló un trabajo territorial con la participación de diversas organizaciones sociales.
La Coordinadora Social de Magallanes, logró, en palabras de Giustinianovich, hacer confluir una gran cantidad de visiones, experiencias de luchas sociales, rescate de memorias históricas que convergieron en un programa surgido por ‘mandato popular constituyente’, como le llamaron, desde una forma abierta y participativa, donde se sistematizó resultados de cabildos familiares, cabildos virtuales, encuestas y el Parlamento popular constituyente, que se mantendrá activo durante el tiempo que dure la convención.
“Todo ese trabajo que se ha venido articulando desde la coordinadora ha rendido frutos y hemos constatado ese trabajo, esa organización (…) que finalmente nos deja una victoria tremenda, que va mucho más allá de los resultados de las elecciones, pues sin duda, nada de lo que tenemos como propósito sería posible sin toda esta sinergia que se ha producido al unirnos en torno a un fin común. Hay una sensación de alegría muy grande, considerando también que ha sido una victoria para los pueblos. Hemos logrado entrar con la fuerza de los pueblos a la Convención. Un escenario que era impensado hace un par de años atrás y que logramos desde esta fuerza monumental que se venía manifestando en las calles y a la que distintos sectores, de alguna manera, subestimaban en su capacidad de organizarse, de poder darle un cauce a esta fuerza tan masiva que irrumpió en octubre de 2019 hacia un proyecto colectivo, transformador. Lo hemos logrado pese a las circunstancias, pese a todo el contexto tan adverso, con una pandemia mediante, donde la precarización de la vida se ha agudizado aún más, porque se solapa la crisis social, la crisis económica, con una crisis sanitaria, con una nula respuesta por parte del gobierno”, señaló como primera impresión Elisa.
Sin embargo, este escenario tan complejo no impidió la organización. De hecho, se amplió el espectro, logrando articular redes nacionales y plurinacionales, con distintas listas que surgieron desde el movimiento, extendiendo puentes que van a desembocar en bancadas populares. Esto fue posible gracias al apoyo de la fuerza de trabajadores, feministas, movimientos socioambientales, en suma, una presencia amplia y diversa que emergió desde las luchas frente al modelo que en palabras de Giustinianovich “le declara la guerra a la vida” y que se ha impuesto en el país durante tantas décadas. En tanto expresó: “Claramente hay una esperanza concreta de aquí en adelante, en esta labor de poder construir, de poder ordenar tanto las fuerzas políticas como la institucionalidad en Chile, para poder consagrar derechos humanos, derechos sociales, derechos de la naturaleza, derechos de los animales, poder dar perspectiva ecológica plurinacional feminista a este nuevo Estado que queremos construir en el país”.
“Hemos dado –asertivamente- un golpe que terminó de fracturar a la clase política dominante. Una clase política viciada, desfondada que estaba en un período de crisis, de legitimidad bastante profundo. Hoy irrumpen con fuerza los movimientos, para poder proponer nuevas formas de hacer política. Una política fresca, que es comunitaria, que es participativa, que es horizontal y que viene con estas propuestas de cambio y programas transformadores que apuntan hacia el buen vivir y hacia el bien común. Creo que lo que estamos conformando con esta convención va a tender finalmente a un proceso como el que soñamos desde un comienzo”, puntualizó.
La primera misión, según explicó, será “organizar la bancada popular para seguir luchando y denunciado la impunidad con que ha actuado el gobierno, sobre todo en el período de revuelta social y exigir justicia, frente a las violaciones sistemáticas de derechos humanos cometidas por los aparatos represivos del Estado y que han sido avalados y mandatados por este gobierno criminal”, en tanto que la segunda misión y entrando de lleno en las herramientas que se busca consagrar dentro del proceso, es necesario definir aquellas que estarán a disposición de los distintos territorios para poder contar con la participación amplia de las comunidades. Eso se traduce en poder concretar espacios de deliberación y discusión en todas las temáticas que abordará la convención, con la posibilidad de plebiscitos dirimentes intermedios, en caso de no llegar a acuerdos. Asimismo, indicó la importancia de la transparencia en la Convención Constitucional y que a través de herramientas de comunicación masiva se involucre a toda la ciudadanía en las discusiones que formen parte del proceso.
Finalmente comentó: “En resumen, estamos con mucha esperanza de lo que se viene. Hemos logrado reducir a los sectores conservadores que realmente no querían transformar nada en este país y que estaban en una posición de comodidad y en resguardo de los privilegios, intentando invertir cantidades millonarias de dinero para poder seguir en su trinchera. Esta elite política y económica del país que no ha alcanzado siquiera el tercio, como para poder bloquear estas transformaciones. Así es que realmente hay un terreno y un momento muy propicio para poder empujar aquello que estamos soñando y anhelando para este nuevo Chile, que vamos a construir de una forma diversa donde realmente quepan todos, todas y todes”.
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