A propósito de haber leído una noticia hace unas semanas de que el partido español de corte neofascista, VOX y el Partido Feminista, participaron de un acto llamado Desmontando la Ley Trans. Si naces niña, lo seguirás siendo, organizado por Hazte Oír (“Bus de la Libertad”) en contra de la Ley Trans de Igualdad en ese país. Y, por cierto, de las violencias que se incrementan día a día en contra de las mariconadas varias en todas partes, es que me pareció pertinente escribir sobre ideología de género.
Y es que ay, mi niña: desde 1492, cuando llegaron a estas tierras los señores de las europas, como parte de la colonización, se inició el violento proceso de evangelización que, entre otras cosas, solo permitió la existencia de hombres y mujeres que ahora comprendemos como heterosexuales, funcionales a la reproducción necesaria para el proyecto civilizatorio de La Modernidad. Las mariconadas varias fuimos borroneadxs, perseguidxs, exterminadxs para que esto fuera posible.
Esta operación colonial, a todas luces, no se ha detenido. Sin ella, no existiría el Capitalismo que muy necesita de familias que contribuyan a seguir reproduciendo mano de obra para mantener los privilegios de unos pocos… muy pocos. Es decir, sin un régimen o ideología de género nacida mediante la colonización, no podrían haber estado todas las condiciones para perpetuar este proyecto civilizatorio humano eurocentrado del horror.
Es este mismo modelo que se derrumba, pues frente a la pandemia ha quedado en evidencia que no da para más. Pero algunos insisten en aferrarse a lo que se derrumba. De este modo, surgen seres como un Donald Trump mandando gente a tomarse el Capitolio, por no reconocer su ridícula derrota; un Bolsonaro llevando a Brasil al abismo sanitario, social y económico por su pésimo manejo de la pandemia a causa de su negacionismo; o de un Piñera al servicio de los empresarios que no solo no ha dado ayudas reales a su población, sino que se las niega, en complicidad con sus amigotes de grandes empresarios que se enriquecieron en 74% el 2020, al igual que él, mientras miles no tienen qué comer.
Ay, niña, qué brutal todo esto. Y muy lo es en este escenario en donde el Multiculturalismo que llegó muy tomado de la mano con el Neoliberalismo instaurado a base de dictaduras. Discurso para hablar de lo lindo de las diversidades en cuanto no pusieran en tensión a este modelo de opresión y explotación, porque todas todas muy que podíamos ser parte sin diferencias, sin crítica. Ese mismito multiculturalismo, parece que se resquebraja, ya no es servil y emergen con fuerza los fundamentalismos no solo religiosos, sino que políticos e identitarios.
En un artículo titulado ‘Una espada de doble filo, democracia sexual, normas de género y retórica racializada’, de Eric Fassin, éste indicaba que ya en el 2005 se había relacionado el término ‘ideología de género’ con los debates impuestos por el Vaticano y algunos países en el marco de la Cuarta Conferencia Mundial de la ONU, sobre población y desarrollo, en El Cairo 1994, y sobre la Conferencia de la Mujer en Beijing en 1995.
¿Y qué se discutió, mi niña? En la Conferencia del Cairo se habló respecto a la salud, los derechos sexuales y reproductivos, el aumento de la población y también el SIDA, lo cual generó resquemores en algunos países dentro de los cuales se encontraba El Vaticano. Mientras que, en la Conferencia sobre la Mujer, El Vaticano nuevamente, así como el denominado lobby cristiano, señalaron el peligro que implicaba la integración de la perspectiva de género en políticas públicas, así como la concepción del género como una construcción social y no como una realidad biológica.
Mira, niña: tal como lo consigna Mara Viveros en su texto ‘La contestación del Género: Cuestión nodal de la política (sexual) en Colombia’ uno de los nombres famosos por ser una ferviente contraria al uso de la palabra género en Beijing, fue Dale O´Leary, representante de la National Association for Research & Therapy of Homosexuality (NARTH) y del Family Research Council. Advirtió del peligro que representaban para sus valores, las llamadas feministas de género, con temas como el cuestionamiento a la maternidad como primera vocación para las mujeres o la llamada desnaturalización del sexo que iría en la línea de posibilitar el matrimonio entre parejas del mismo sexo. Ella fue la primera en hablar de ideología de género.
En 2001 Jutta Burggraf, una teóloga cercana al Vaticano, parte de la Universidad de Navarra, (Opus Dei), publicó en Costa Rica el texto ‘¿Qué quiere decir género?’ Un artículo de cabecera para los opositores de la llamada ideología de género, en donde planteará elementos tales como: “la persona entera es varón o mujer, ‘en la unidad de cuerpo y alma’, la masculinidad o feminidad se extiende a todos los ámbitos de su ser: desde el profundo significado de las diferencias físicas entre el varón y la mujer y su influencia en el amor corporal, hasta las diferencias psíquicas entre ambos y la forma diferente de manifestar su relación con Dios el varón tiende ‘constitutivamente’ a la mujer, y la mujer al varón.” Luego de esto El Vaticano, con Ratzinger a la cabeza, ya movía sus influencias a nivel planetario. Estaba amenazada la diferencia sexual, y con ello, la familia nuclear.
Internacionalmente, ya desde 1993, se había empezado a configurar una alianza fundamentalista religiosa. Es así que ese año, aproximadamente, unos treinta pastores evangélicos en Estados Unidos, se propusieron organizar una fuerza legal capaz de enfrentar a las llamadas organizaciones progresistas.
Así, Pamela: en el año 2000 nace la Alliance Defending Freedom ADF, la cual no es otra cosa que la defensa jurídica de los valores profesados por un cristianismo profundamente conservador. Se opondrían de ahí en más a todas las normas que ampliaban derechos a mariconadas varias, el aborto y aquellas que limitaban o prohibían las manifestaciones religiosas en la educación pública.
Señalar que, según los registros públicos estadounidenses de organizaciones sin fines de lucro, consignado por Ciper Chile, en la investigación el desconocido rol de José Antonio Kast en la guerra santa contra la OEA, indican que la ADF maneja un presupuesto que en los últimos años ha llegado hasta US$50 millones. Y tiene desde integrantes evangélicos (la mayoría) hasta católicos.
En esta misma investigación se consigna participación de Kast en este verdadero lobby fundamentalista internacional para oponerse a la llamada ideología de género, y a que según ellos, se imponga desde la OEA en los países, en circunstancias que cada nación debería decidir al respecto.
En breve, el 15 de junio de 2017 se lanzó la Declaración de México, un manifiesto suscrito por 670 parlamentarios de 18 países de América Latina que se opone a que las resoluciones de la OEA y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, así como los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, obliguen a los estados miembros a modificar sus leyes locales “en asuntos relacionados a la vida, la familia y la libertad religiosa”.
Esta reunión fue financiada por grandes y poderosas asociaciones cristianas de impacto internacional. La más destacada, ADF.
Ahora bien, niña: existen dos perspectivas por parte de estos grupos respecto de la ideología de género.
1) Representada por Nicolás Márquez y Agustin Laje, quienes en su creación ‘El libro negro de la nueva izquierda’, vienen a plantear que esto se trata de una manipulación de la refundada izquierda sobre el feminismo para que éste hable de género y adoctrine mentes.
2) Mientras que, una segunda postura es la graficada por el protestante evangélico César Vidal, quien plantea un financiamiento de transnacionales para difundir la ideología de género.
¿Qué ocurre en Chile, Claudia?
Ya el 2017 vimos la llegada del llamado Bus de la Libertad que no era otra cosa que el bus del transodio, con su rostro, Marcela Aranda, asesora de parlamentarios de derecha, paradójicamente, madre de Carla González, una chica trans. Además de marchas y presencia en medios de comunicación.
Mira, niña, a diferencia de otros países de las Abda Yalas, como Brasil, en dónde un 22% de la votación de Bolsonaro correspondió al sector evangélico o en Costa Rica, en donde casi tuvieron por presidente al pastor evangélico, Fabricio Alvarado. En Chile, no ha sido éste un sector preponderante en cuanto a decisiones políticas, sin embargo en alianza con RN, consiguieron tres escaños en la Cámara de Diputados, el 2017, de la mano de la campaña presidencial de Sebastián Piñera.
No obstante, esta buena relación con el gobierno de Piñera se vino al suelo, cuando éste decidió promulgar la ley de identidad de género, la cual ya está en vigencia desde diciembre pasado del 2019. Situación que ha implicado el que varios personeros de este mundo fundamentalista se hayan acercado a José Antonio Kast.
Otro dato relevante, es la alianza entre evangélicos y católicos. Digamos que, por fuerza mayor, pues los evangélicos no tienen partidos políticos. Es así que mediante la internacional ADF se han instaurado instancias de colaboración entre ésta e instituciones tales como: la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC), la Universidad de Los Andes (UANDES), la Fundación Jaime Guzmán (FJG) y Comunidad y Justicia. Y ciertamente, con el propio Kast.
Así las cosas, quizá, solo me gustaría repetir una última cosita que mencioné al comienzo: ¿Existe realmente la ideología de género? Como dice la Diego Simón: sí, existe, la de ellos. O sea, aquella que señala que solo hay hombres o mujeres. Los ideólogos han sido todos estos fundamentalistas político-religiosos, dentro de quienes también hay ciertas voces feministas y no quienes abogamos por la libre autodeterminación de cada ser humano, humana y humane.
Lilit Herrera Contreras