Fernanda Cárdenas es profesora de Castellano de la Universidad de Magallanes. Ha publicado el libro Creciente (Editorial Cuarto Propio, 2020). Forma parte del Colectivo poético X-tintxs y del Círculo de mujeres poetas Nunca Quisimos Ser Reinas, con quienes participó en el 3er Festival de Poesía La Chascona (2019). Ha sido integrada en la Antología virtual de Poetas Magallánicas Fiordos, no islas (Fundación Pablo Neruda, 2021), en el Cuaderno N° 78 (Revista de la Fundación Pablo Neruda, 2018) y en la Antología Poética de Ayer y Hoy en Magallanes (Editorial Municipal, 2016).
La poeta Marcela Muñoz Molina, autora del prólogo del libro Creciente de Fernanda Cárdenas, señala en uno de sus pasajes: “El ojo poético de Fernanda se giró 180° hacia adentro. Habla de la herida que muchos tenemos y no nos atrevemos a mirar. El cielo que cambia de color azul, a púrpura, a rojo, parece calmar los dolores, la ola que viene y que va, cada vez me promete que ha de llevarme uno de estos días, que el estrecho no es tan ancho como parece. De su profundidad poco sabemos”.
Más abajo, Muñoz Molina agrega: “Cada poeta tiene sus atajos para volver de estos viajes. Y en ese paisaje donde los animales prehistóricos se pueden ver caminando en el bosque, donde las canoas con sus luces atravesando los mares son parte del pasado colectivo de sus habitantes…ella sabe cómo regresar, este es su atajo: ‘Me impregno, huelo a árboles…vivos, quemados, hundo mis manos en la tierra para convertirme en madera, en incienso…’”.
Tu Aldea conversó con Fernanda sobre cómo vive la experiencia de ser poeta. A continuación compartimos con ustedes la entrevista.
¿Cómo descubriste que eras poeta?
Ufff, no sé si en algún momento le di nombre o descubrí que era poeta. Sé que lo primero que escribí en mi vida -como a los ocho años- fue una poesía, precisamente. De ahí pasaron sus buenos tiempos antes de volver a la poesía, porque empecé a escribir cuentos cuando era chica hasta que nuevamente llegué a la poesía y no sé, puede ser el sentirse muy diferente al resto en la forma de observar el mundo, en la forma de cómo las emociones me cruzaban y me desbordaban en aquellos tiempos, como que gracias a ese desborde también de la emocionalidad interna es que la empezaba a canalizar a través de la poesía.
De hecho, hace poco me empecé a creer la palabra ‘poeta’, porque antes decía que escribía poesía simplemente, entonces igual tiene una carga potente el tema de ser poeta, una imagen igual. En general no se lee mucha poesía, entonces, como que los poetas somos unos bichos raros, además pensar que sentimos demasiado. Creo que me salía bastante natural, de hecho también me gustaba mucho leer poesía, más que otra cosa leía mucha poesía, entonces así surgió simplemente.
Háblame de esa emocionalidad que mencionas ¿Crees que es valorada de manera certera en la sociedad chilena?
Para nada. De hecho, recién yo creo que a través del movimiento feminista se está viendo o se está empezando a sentir, sin vergüenza o a pensar que las emociones no son cosas de gente tonta o de gente débil. Recién, recién como que ahora se está empezando a pensar en eso. Tiene mucha relación también con cómo nos percibimos desde el interior. Claramente, hay cosas que no vamos a querer ver. Entonces, siento que para nada en la sociedad chilena, ni siquiera en el mundo jajaja. Es una labor y una tarea que estamos recién empezando a comprender, a entender. Nuestra emocionalidad, cómo trabajar en ella, no es algo que se nos enseñe en los colegios, ni en ningún lugar. Estamos a la deriva básicamente, aprendiendo a lidiar con ciertas emociones también. No está valorado tampoco, o sea a la gente que siente mucho y es cosa de revisar la historia hacia atrás, ver incluso cómo era la vida de las poetas antes, o sea la mayoría terminó suicidándose y es por la sociedad tan rígida en la que estaban viviendo. Yo de repente me pongo a pensar en esos tiempos y digo: ¡Uy! Difícil, difícil, difícil…
A propósito ¿Cómo ves la realidad de lxs poetas en el mundo actualmente?
No sé si podría hablar realmente de eso porque tendría que conocerlos, conocerlas para saber cómo realmente se vive en sus territorios la poesía. Más que nada, podría hablar de los propósitos de los poetas en general, según mi punto de vista, porque considero que es algo muy importante. Si bien, en Chile hay mucha poesía, actual incluso, no hay mucho conocimiento más allá de lo que es el círculo de poesía o de poetas que una puede saber. La mayoría de las personas no lee poesía, no la entienden y me ha pasado, personalmente, que en los colegios es como lo más fome que se puede ver, porque siempre que voy a pasar poesía, yo toda emocionada así como ¡al fin vamos a ver poesía! Y los chicos como: ¡Pucha! ¡No, que fome, que no entendemos, que no sé qué! Entonces como que la poesía ha sido un poco relegada a no ser “comprendida” o al pensar que se sigue escribiendo poesía como del Siglo de Oro.
Quizás, yendo un poco más allá, también es pensar que la poesía nos conecta con nuestro interior, con nuestras emociones y en general los chicos, los estudiantes en general como que no saben todavía distinguir las emociones y entenderlas, ni saber que tenían nombre. Me ha pasado eso, al menos, que ellos me preguntan como ¿qué significa esta emoción, qué quiere decir esta emoción? No sé si están un poco desconectados con eso o es que leen tan poco que no conocen esas palabras en general y bueno…tampoco existe una educación emocional, tampoco se ve de forma tan positiva ser más introvertido y analítico.
Entiendo, cuéntame ¿Cómo vives tu proceso creativo?
De diferentes formas, en realidad. A lo que voy es que siempre ha ido mutando y variando. Nunca ha sido nada muy ordenado, en el sentido de seguir una estructura predeterminada, sino que han sido más que nada “provocarme la inspiración”, dependiendo del tema. Por ejemplo, voy escribiendo diferentes palabras que se me van ocurriendo para después ir armando el texto o poner música, incienso, tratar de conectar conmigo misma para poder expresar lo que quiero expresar.
Ese proceso creativo nunca ha sido tan ordenado, siempre ha sido medio disperso, pero siempre mutando, en el sentido que me gusta experimentar de diferentes formas, si de repente no me nace escribir poesía, entonces pinto, o hago un collage, o bordo o lo que sea, hasta incluso cantar.
También destino un espacio físico para poder crear, o sea, ese espacio físico siempre es en mi pieza pero me encuentro con diferentes tipos de materiales para poder experimentar cuando es algo visual, entonces está todo dispuesto por si me llegase a ocurrir una idea, tengo el material donde poder aplicarla.
De ahí lo otro que podría decir es que igual en las notas que tengo del celular voy anotando ciertas ideas o versos que se me van ocurriendo mientras voy caminando o imágenes. Ahí también tengo una cantidad de ideas que siempre están dispuestas.
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