El año 2004 recorría un pequeño paraje del humedal de Tres Puentes, no existía la proyección del que ahora es el pasaje retiro con el típico gris del pavimento.
Me deleitaba con la nidificación de varias especies, pero una en particular llamó mi atención de inmediato, un pequeño pimpollo y en ocasiones se sumaba otro del mismo tamaño.
Todos los días me di la tarea de ir a verlo, por primera vez tenía un ave tan hermosa a tan pocos metros, en el lugar existía un cerco que se inundaba con las lluvias y formaba un cuerpo de agua, el pimpollo maravillosamente se dejaba fotografiar por una sencilla razón que no advertí antes, tenía un nido con tres huevos oculto en un poste de dicho cerco.
Le saque una fotografía con una pequeña cámara de 4 megapíxeles y el retrato gano uno de los premios en un concurso de CONAF.
La impotencia fue grande cuando comenzó la acumulación de escombros y posterior pavimentación del pasaje. La habilitación del ex pasaje retiro que partió el humedal en dos eliminó el nido de estos pimpollos que todos los años venían al mismo sector.
Tomé un trago amargo que me cuestionaba en los más profundo, ¿tendrá importancia para alguien una parejas de pájaros que fueron desplazados y sus nido destruido? Con indiferencia tal las maquinas eliminaron el que quizá es mi lugar especial en el Humedal de Tres Puentes, sabía que a nadie le importaría lo que ocurría, pero de alguna manera me sentía responsable de no hacer nada.
Hoy en día, a casi 17 años vuelvo a ver una pareja de pimpollos frecuentando el cerco ya caído pero el pasaje en cuestión con una denominación de ex, pues ya no existe.
Si nos diéramos cuenta que una pequeña acción genera una respuesta real podríamos cambiar las cosas y aunque el tiempo es cruel llegaría el día en que podríamos ver los frutos de un pequeño cambio de planes, sinceramente espero que comencemos de forma acelerada porque aunque tengamos que esperar 17 años volveremos a ver pimpollos en todo el lugar.
Humberto Gómez
Ingeniero agropecuario.
Investigador.
Agrupación Ecológica Patagónica.