“Maleza” medicinal

Maleza es la definición que se le da a cualquier vegetal no deseable que crece en alguna zona. Se adapta con facilidad a cualquier suelo y por tal motivo suele extenderse con rapidez. En la región de Magallanes, específicamente en Punta Arenas, crecen hierbas medicinales consideradas maleza. Las que mencionaré aquí se pueden identificar fácilmente, ya que las vemos al caminar por la calle, en nuestros jardines, en el campo, parques, etc. 

La primera de estas hierbas medicinales es el Diente de León (Taraxacum officinale). Por un lado, el nombre común de esta hierba se debe a la forma de sus hojas dentadas y el color amarillo de su flor se asocia al león. Y por otra parte, su nombre científico hace referencia a las propiedades terapéuticas: Taraxacum viene del latín y significa remover, ya que su uso como diurético (estimula la orina) eliminando las toxinas del hígado y riñón, por lo que es muy buena  para tratar problemas a la piel asociados a daño hepático (hígado) y suavemente purgativa. El término officinalis significa de pertenencia y es como se denomina a las hierbas medicinales que son comunes, es decir, que se encuentran en cualquier lugar y generalmente tienen un nivel de toxicidad bajo o casi nulo, y digo “casi” porque si se emplean indebidamente y sin criterio pueden ser dañinas. 

Como casi toda hierba hepato-biliar conforma lo que se denomina plantas con principio amargo. Es una hierba rica en hierro, calcio y vitamina C.En mi caso personal utilizo esta hierba como diurético ya que elimina toxinas del hígado y riñón, además de depurar la sangre.

Debo comentar y dejar en claro que su uso debe ser consultado por una entendida o entendido en la materia, ya que es muy común pensar que las propiedades de las hierbas se puede aplicar a cualquier patología asociada a ellas y esto no es así. Además, si una persona está siendo tratada con fármacos, y no se conoce bien la fármaco-diagnosis del paciente, el uso de hierbas medicinales puede generar efectos secundarios y contraindicatorios. 

El uso en forma de ensalada, té, infusión, extracto seco y tintura no se recomienda en el embarazo y en personas que padecen de cálculos a la vesícula.

Del Diente del león se ocupa la planta entera, las flores como sucedáneo de té, las hojas se pueden comer crudas o cocidas como ensalada, la raíz se seca y se muele para hacer una bebida parecida al café.

La segunda de estas hierbas es la Manzanilla (Matricaria recutita, Chamaemelum nobile). Esta hierba es de difícil clasificación ya que existe la manzanilla común, manzanilla dulce, manzanilla amarga o romana, la falsa manzanilla y todas pertenecen a la familia de las margaritas. La diferencia entre los tipos de manzanilla se puede observar en la hoja, en la altura a la que pueden llegar sus tallos y en el aroma. Es originaria de Asia y Europa y en Magallanes se puede encontrar dos tipos de ella.

El nombre  Chamaemelum viene del griego Chamae, que significa en el suelo y melum, que significa manzana. Su nombre manzana de la tierra se explica por el aroma a esta fruta que presenta la flor. Matricaria deriva del latín matrix, que significa matriz, ya que se ocupaba mucho en trastornos relacionados al vientre  y para aliviar cólicos menstruales.

Los usos terapéuticos varían según el tipo de manzanilla, las más conocidas son la manzanilla dulce (matricaria chamomilla) y la manzanilla amarga (Chamaemelum nobile). La primera tiene propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas y sedantes. Estas propiedades le dan su fama, ya que después de una comida como aperitivo estimula el sistema nervioso por su propiedad sedante generando así una mejor digestión. Es bueno ocuparla cuando estamos con algún dolor abdominal producido por alguna tensión nerviosa, así como también como antinflamatorio para el dolor de cabeza. Y la segunda, la manzanilla amarga, tiene propiedades hepáticas, coleréticas y colagogas, lo que quiere decir que sus propiedades son beneficiosas como estimulante digestivo en trastornos relacionados al hígado y vesícula biliar. 

De estas dos variedades de Manzanilla se utilizan principalmente las flores y el tallo, en forma de té, infusión, extracto seco, tintura. Esta hierba tiene un nivel de toxicidad nulo, por lo se considera inocua. 

La tercera hierba es la Ortiga (Urtica magellanica), nativa de Chile, aunque también se la encuentra en Argentina, Perú y Bolivia. Se adapta fácil a cualquier tipo de suelo,  por ello se la puede encontrar desde la región de Antofagasta hasta la región de Magallanes.

El nombre Ortiga viene del latín Urtica y significa quemar, definición que se debe  a la sensación de picor y ardor que producen los pelos urticantes al entrar en contacto con la piel.

Se usa comúnmente en afecciones tales como dolores reumáticos y neurálgicos, hemorroides, caspa, enfermedades de la piel, caída de cabello. Tiene efecto depurativo, diurético, antinflamatorio. 

En uso interno se puede preparar como te, infusión, extracto seco o tintura, para uso externo se puede aplicar como emplasto. Esto es formando una pasta con la hierba que se aplica directamente en la zona inflamada, muy efectiva para dolores reumáticos, o se puede aplicar en forma de crema.

De esta hierba se ocupan la hoja y el tallo ya sea para uso interno en afecciones renales, afecciones reumáticas (gota, artritis) calma la tos, diarrea, y sangrado interno, estimula el sistema circulatorio. Es una hierba rica en hierro y clorofila.

No se recomienda su uso de manera interna en personas diabéticas, embarazo por sus propiedades abortivas, y en personas con hipertensión (presión arterial alta). En forma externa casi no tiene contraindicaciones. 

La última de estas hierbas Maleza es la Romaza, conocida además como romacilla, lengua de vaca, o acelga(Remux Acetosella). Su nombre deriva de Acetosus, en latín, para referirse a su sabor acetoso, es decir un sabor vinagre o acido. Esta hierba es nativa de Europa y extendida hoy en día  por todo el planeta, de ahí que se le considera maleza.

Es una hierba con propiedades astringentes, depurativa, anémica, antiséptica, antinflamatoria. Las raíces y el rizoma se utilizan por vía oral para tratar la diarrea, regla abundante, bronquitis, incluso trastornos respiratorios. Las hojas se comen como ensalada, es rica en vitamina C, fibra y acido oxálico. En uso tópico, las hojas se aplican como emplasto para limpiar y cicatrizar heridas y erupciones de la piel. 

Como es una planta rica en acido oxálico no se recomienda su uso en personas con problemas reumáticos, artritis, gota y problemas al riñón. 

Después de clasificar y detallar brevemente su uso terapéutico me gustaría aclarar  algunas cuestiones sobre los modos a utilizar las hierbas medicinales.

En primer lugar, cualquiera sea la hierba, el modo de preparación va a influir en el efecto terapéutico. Un aspecto,  un tanto desconocido, es lo frágil y delicados que son los principios activos o terapéuticos de las hierbas, lo que genera que ciertas preparaciones sean menos efectivas que otras. Por ejemplo, una infusión o té no tiene mayor efecto y esto se debe a que las propiedades medicinales de la hierba se pierden al utilizar agua con una temperatura superior a 70°. El agua a esta temperatura o mayor quema los principios activos, lo cual hace que un té o infusión no tengan mayor efectividad terapéutica. 

Por el contrario, usar agua fría no tiene mayor propósito ya que las moléculas del agua a baja temperatura no tienen capacidad de extracción de los principios activos de la hierba a utilizar. En cambio, una tintura (extracto alcohólico) es mucho más efectivo y quizás lo más recomendado a la hora de preparar extractos de hierbas medicinales. 

Luego tenemos el uso de aceites esenciales, extraídos de manera natural y sin adición de algún extractor artificial, todo aceite esencial natural se puede ocupar vía oral, no así los aceites esenciales de venta comercial. Los aceites esenciales tienen una mayor concentración de principios curativos, por lo tanto con mayor capacidad terapéutica en uso interno como tópico. 

Cerraré esta publicación con una pequeña reflexión.

El reino vegetal es un laboratorio vivo. En él podemos encontrar todo lo necesario para nuestra dieta y salud. En los vegetales se encuentran la mayoría de los principios activos que se ocupan de manera sintética en la farmacopea tradicional o alópata y desde que el ser humano descubrió esta maravilla no hemos dejado de utilizar lo que el reino vegetal nos brinda. No deja de sorprenderme cómo es que en las hierbas se encuentren principios capaces de curar enfermedades en los seres humanos y animales. Además, es increíblemente curioso que si bien las plantas producen y generan esos principios activos, al parecer tiene valor en tanto que son descubiertos y utilizados por los seres humanos para dolencias que son propias de nuestra especie ¡Esos principios curativos estaban ahí esperando a que nosotros los precisáramos! 

En el ser de la naturaleza estaba ese algo que podía sanar los males humanos y las diversas culturas del mundo, al darse cuenta y entender esto, comenzaron a ver el reino vegetal como un ser sagrado. Cada hierba tenía un espíritu, una marca propia y estaba regida por un astro. Su uso no era meramente instrumental, se entendía que al incorporar estos principios de la planta había una especie de comunión, conexión y se reestablecía el equilibrio que se había perdido con la enfermedad. Las hierbas se recogían de un modo determinado para no generar un desbalance, siempre con respeto, pidiendo permiso y agradeciendo a la tierra mediante la celebración de rituales.

En el ser del reino vegetal está todo aquello que nos brinda salud, armonía, conexión y equilibrio con la tierra y eso es maravillosamente increíble, sorprendente y mágico.